Dato curioso, se me arregló la lap, por eso lo subo pero debo disminuir las horas de uso. Otra cosa, la historia homoerótica, o bueno el fragmento, no es original, es de un fic mío perteneciente al fandom de Harry Potter, le cambié los nombres (y los volví muggles) para evitar problemas, por si no les gusta.
Espero comenten y disfruten :D.
Si se me pasó un error, disculpen, en serio el otro día leí una falta de tilde, repetición de una palabra y un problema del verbo creo, que corregí después de estar posteado. En fin.
Capítulo
8: Hormonas y frustración sexual
Había intentado ser sutil con su papá. Pero como
Jörg no entendía de sutilezas, se fue del departamento y luego volvió con una
bolsa oscura que se la dio a Tom.
Si Tom antes no sabía exactamente qué era lo que las
mujeres tenían debajo, pues esa revista se encargó de mostrárselo
explícitamente. Y Tom intentó darse una patada en el trasero por estúpido, pero
como era imposible, mordió la almohada para acallar los gritos de frustración.
Jörg Trümper nunca entendería de sutilezas. Y Tom
nunca dejaría de ser torpe.
Tom le había dicho a su padre que quería saber sobre
sexo. Sin embargo no quería tener una charla embarazosa como la que le dio su
madre, sino entender lo de dar placer y demás. Su padre fue y le compró unas
revistas pornográficas. Heterosexuales.
Sí, Tom debía aclarar ese punto con su padre cuanto
antes. Era gay. En un principio se lo había negado a sí mismo, luego notó que
eso era tonto y pues la prueba más grande es que le gustaba Bill. Por más que
lo molestase con que parecía chica, él estaba seguro que no era cierto. Porque
si bien Bill tenía el pelo largo, más que cuando lo conoció, daba la impresión
de ser atemorizante, como si fuera un animal cazando a su presa. Aunque claro,
cuando estaba con Tom, era distinto, era pacífico y un poco infantil.
Suspiró y regresó a su realidad. Tenía que decirle a
su papá que era gay, y que tenía un novio, y que pensaba acostarse con él.
Cuando no tenía a Bill de cerca para alborotarle las hormonas, se sentía
diminuto, con ganas de cubrirse con una cobija y nunca salir de ahí. Era algo
tonto, pero así se sentía. Muy avergonzado ahora que pensaba en las cosas que
había dicho, pensado, y ahora agobiándose por cómo su progenitor se iba a tomar
su homosexualidad. ¿No era malo, no? Siempre lo criaron de tal forma que esos
temas eran tabú, y como si eso fuese a suceder ni de chiste en su familia. Por
eso había dudado.
Se mordisqueó el labio y lanzó las revistas al
suelo. Ya sabía lo que era una vagina, había leído los malditos relatos
eróticos de las revistas, y lo hizo fue corregir mentalmente las faltas de ortografía
más que reaccionar por aquel bodrio. Porque Tom consideraba que era una
porquería, tanto la historia como quien la había escrito. No sabía narrar, se
leía muy forzado, y si bien no sabía una mierda sobre el sexo heterosexual,
podía asegurar que era imposible que pudiese agarrar tantas partes del cuerpo
de una mujer a la vez. Ahí daban la dirección de una página dedicada a esos
relatos.
Tom de pronto tuvo una idea. Pero no tenía una
computadora a la mano. Iría a esa jodida página en internet y buscaría entre
esos relatos uno que pudiese servirle, porque debía haber uno.
Se puso a jugar con su piercing, usando la lengua.
¿Por qué se sentía tan confundido?
…
Su fin de semana fue largo, porque no podía ver a
Bill por más que lo tuviese en el mismo edificio. Pensó en decirle a Jörg que
iba a ver a un amigo, sin embargo, eso haría que Jörg notase quién era su
amigo, por consiguiente al decirle la verdad, Bill estaría expuesto y tendría
que tolerar las recriminaciones de su progenitor. Así que haciéndose todas esas
películas mentales decidió por quedarse el departamento y solo salir por cosas
estrictamente necesarias.
Cuando volvió a su casa se quedó dormido. Tuvo
pesadillas con un montón de senos llenos de silicona, ropa interior que no
dejaba nada a la imaginación y vaginas, muchas vaginas. Se preguntó al
despertar para ir a la escuela quién encontraría eso placentero.
Al despedirse de su madre e irse, entendió que los
hombres heterosexuales sí encontraban esas mujeres atractivas.
Durante el receso le envió un mensaje a Bill,
diciéndole que no podría acompañarlo esa tarde. Bill lo llamó y tuvo que
esconderse para hablar.
—¿Pasó algo
malo?¿Tu mamá sigue enojada por la broma y no te dejará venir?
—No, es solo que tengo que hacer algo en casa.
Prometo que mañana nos veremos sin falta —intentó tranquilizarlo. Bill aceptó
la propuesta.
Llegó a su casa y subió a trompicones las escaleras
para después encerrarse en su habitación. Prendió el ordenador y cuando este
estuvo ya en funcionamiento, entró a esa página.
Mordiéndose el labio, fue buscando entre los avisos
importantes a ver si decían algo que él tuviese que saber. Pero la mayoría eran
enlaces que lo llevarían a páginas porno. Y no-gracias, suficiente porno había
tenido al ver esas revistas.
Vio algo que le llamó la atención, era un hombre,
pero no le llamó la atención en sí el hombre sino el enlace que había debajo.
Algo sobre “historias homoeróticas”. Frunció el ceño y lo investigó en el
buscador en otra pestaña. Eso era, historias homoeróticas eran relatos así como
el que había leído pero para gays. Tragando saliva y viendo a ambos lados como
si su madre fuese a salir de la nada y le señalase con un dedo acusador
diciéndole “¡Ajá, te pillé, Tom!”. Se amarró las rastas en una coleta, mientras
dejaba sus paranoias a un lado y entraba al enlace.
Para su sorpresa, ese sitio parecía más normal.
Claro que no entendía ciertos términos como slash, yaoi y originales, pero pasó
de ellos y buscó entre las historias. Había un título que estaba en inglés. Él
no era muy bueno en ese idioma, pero el resumen que decía abajo estaba en
alemán, que hablaba sobre una pareja de novios en donde uno era policía y el
otro un empresario, así que algo dudoso le dio clic. El comienzo era algo muy
normal, el empresario estaba viendo sus documentos y su, al parecer, amigo
mentalmente pensaba en los años en que estuvieron en la escuela, y sobre lo
tensionado que se veía. Luego apareció la palabrita clave “sexo”, al empresario
le faltaba sexo.
Tom quiso reírse ante lo absurdo de esa idea, ¿qué
uno se tensionaba solo por eso?
Siguió leyendo y riéndose puesto que la tinta del
lapicero con el que escribía el empresario se derramó por ejercer mucha
presión, manchándole la ropa en cuanto escuchó que su amigo le decía que le
faltaba sexo. Tom se preguntaba en dónde aparecería el policía. Aparte de que
le avergonzaba un poco leer las bromas con respecto a pasivos y activos en una
relación homosexual (él no sabía de eso), pues le gustaba porque al menos no
iba de frente a la escena de copula, que lo tenía nervioso.
Después de unas charlas que no entendió muy bien,
porque hablaron de bolas chinas, bondage, y otras cosas que no parecían ser
alemán, el despistado policía entró en escena (el amigo ya se había ido). Y ahí
todo fue algo complicado para Tom, porque se mordía el labio al pensar qué
diablos iba a suceder luego. Tantas cosas que decían, cómo se besaban, ¿Tom
alguna vez se besaría así con alguien? De repente pensó en Bill, y no supo cómo
es que se besaba con él, no es como si estuviesen narrando así como esa
historia cada cosa que hacía junto a su novio.
El policía se
dio una ducha y luego fue a seguir la sesión de besos en la cama. Tom sentía su
vientre retorcerse. ¿Qué mierda era eso?
Luego Tom abrió su boca en toda su extensión.
Entendiendo paso a paso lo que hacían con el empresario llamado Derek. Le
estaba… tragó saliva. Iba comprendiendo lo que su madre le dijo. El sexo anal
necesitaba una preparación y bueno, Hackett, el policía, estaba encargándose de
ello. ¿Cómo eso podría ser placentero? Incluso mencionaba ardor.
Y de pronto...
“Ambos
boquearon, extasiados con la sensación, hacía mucho que no lo hacían, y si bien
Derek sentía un dolorcillo por la falta de costumbre, poco a poco se fue
relajando para luego apretar el miembro en su interior y hacer gruñir a
Hackett, sabía que le encantaba eso.
—¿Estás
listo? —preguntó Derek acomodando sus manos sobre el pecho velludo de su
amante, jugando con sus pezones en el trayecto y deseando besarle hasta secarle
los labios.
Hackett
asintió y sujetó a Derek por sus caderas.
—Uhmn,
quieres mantener tú el ritmo, ¿acaso temes que sea demasiado para ti, Zweig?
—cuestionó mientras hacía círculos con sus caderas haciéndole estremecer al de
ojos marrones.
—Ya
quisieras, Müller —respondió Hackett con una sonrisa afectada.
—Entonces
prepárate —advirtió y comenzó a subir y bajar rápidamente, buscando el ángulo
perfecto para estimular a su próstata y de paso, volver loco a Hackett—.
Hackett, Hackett, joder… Ha-ah...ckett...”
¿Próstata? ¿Qué demonios escondía ese órgano? La
verdad es que él tenía curiosidad por saber cómo terminaba la historia de
Hackett y Derek, pero también quería informarse, porque si Derek se movía así
solo para tocarse “ese punto” significaba algo importante. Así que lo puso en
el buscador. Internamente se sorprendía por no haberse sentido asqueado frente
al relato, que parecía más coherente (aunque aún extraño debido a que no estaba
familiarizado con eso) con ese que había leído en la revista. Seguro el factor
de que fuesen dos hombres tenía mucho que ver.
Leyó exhaustivamente todo artículo relacionado a la
próstata. Recién en el octavo encontró lo que le respondería a su pregunta.
Resultaba que las mujeres tenían un “punto G” que si este era estimulado les
provocaría un orgasmo (y tuvo que buscar el significado de la palabra orgasmo),
pero que los hombres (en general) tenían un “punto R” que si era estimulado
provocaba lo mismo, y esa era la próstata. Al parecer no solo a los gays los
estimulaban ahí. Habían recomendaciones de tratar primero con dedos, Tom pensó
de nuevo en Derek siendo abierto con un par de dedos haciendo movimientos de
tijeras, y se estremeció.
Al terminar de leer el relato, donde los personajes
habían tenido un orgasmo espectacular, entendió que tanto el que penetraba como
el que era penetrado sentían placer. Aunque dado el relato, el penetrado, que
era llamado pasivo, pues era el que se volvía una masa de nervios a flor de
piel. De nuevo se estremeció y sintió el tirón en su entrepierna. Mierda,
también había leído sobre eso, eso pasaba cuando se excitaba. Se había excitado
con solo un relato. Menuda imaginación tenía.
Apagó la máquina y fue a bañarse. Necesitaba
despejarse, y bajar esa… erección. Le molestaba decir esas cosas, no que
tuviera problema con las groserías, él soltaba improperios seguido, pero era
diferente decir cosas como erección, sexo, sexo anal, felación, embestidas,
poluciones nocturnas y eso. Con un suspiro resignado fue a bañarse.
Al menos sabía que la idea no le desagradaba del
todo.
…
Poco después de que Bill hubiese ingresado a la
escuela militar. La tía de Simone había muerto, y como no tenía hijos, le había
dejado su herencia a su sobrina. Pero Simone no la había usado, ella seguía
trabajando en ese entonces. Cuando Bill desapareció, Simone comenzó a beber y
la botaron de su trabajo, por lo que usaba la herencia de su tía para
mantenerse. Y cualquiera pensaría que ya la habría gastado por completo pero
no.
Simone se levantó ese día y en vez de tomar un poco
de brandy para “despertarse” pero en esta ocasión optó por una ducha. Sin
desayunar, la pelirroja se dirigió a la dirección del señor Zimmerman, el amigo
de su difunta tía que le había dejado la herencia. Como no tenía conocidos,
hablaría con él, y después le pediría ayuda para encontrar a su hijo, ya que el
hombre debía conocer a los que vivían por ahí.
Alguno de ellos la llevaría a donde estaba Bill. A
menos que Gordon le hubiese mentido. Todavía con esa leve sospecha se dirigió a
casa del viudo.
…
—Sí, recuerdo a tu hijo, era un chiquillo muy curioso,
rubio y de ojos expresivos. Creo que recordaría haberlo visto, Sisy —acotó el
anciano.
Simone sonrió por cortesía y asintió. —Bueno, señor
Zimmerman, si lo ve me avisa. Bill debería estar cambiado, no sé si seguirá
rubio, tenía la costumbre de tinturarse el cabello, de negro… mire, esta es la
última foto que le tomé —dijo Simone mientras le alcanzaba la foto que le tomó
a su hijo cuando tenía dieciséis años, no sonreía mucho, ella ese día había
estado estresada pero le tomó la foto cuando se percató que había crecido más.
El hombre se acomodó los lentes y miró la imagen
perplejo.
—¿Ese es tu Billy? Pero… hace poco un chico vino, no
estaba así, tenía el cabello más largo, mucho más grande, sin esos aretes en la
cara, y también se llama Bill. ¿Cómo se apellida tu esposo Sisy?
Sin piercings, en la escuela militar se los habían
quitado. Y definitivamente su hijo estaría distinto, había crecido y su
musculatura había aumentado.
—Kaulitz.
El anciano fue en búsqueda de su libro donde tenía
la firma y nombres de sus inquilinos. Lo revisó y asintió más para sí que para
la pelirroja.
—Bill Kaulitz S. ¡Oh, claro, la S es de Strauß! ¿Tu
apellido no dulzura? Hay un jovencito llamado Tom, él es su amigo, es un niño
encantador, le recomendó este sitio porque no tenía donde quedarse —rememoró
Zimmerman.
Simone asintió con los ojos húmedos y le dio la mano
efusivamente al hombre.
—¿Dónde está, señor? —preguntó esperanzada.
—Pues creo que salió ahora, pero si me dejas revisar
mi libro te diré cuál es su habitación —aseguró y volvió a fijar sus ojos sobre
el cuaderno.
Simone sintió que el alma le volvía al cuerpo. Ella
estaba consciente que no había sido la mejor madre, ni el mejor ser humano en
la tierra, pero el que su hijo huyese y no le diese señales de vida
manteniéndola en vela había hecho que se sintiera lo peor, había conseguido que
viera sus errores. Por eso para tratar de no pensar en ello, bebía, porque
quería olvidar, olvidarse de qué tipo de persona era. Cuando Gordon le dijo que
había vuelto a ver a su unigénito, Simone vio aquello como una segunda
oportunidad. Una oportunidad que ella no echaría a perder.
…
Era muy normal estar besándose con su novio, lo que
quizá no era muy normal es que estuvieran en el sofá de la sala, a sabiendas de
que su madre podría entrar en cualquier momento y los vería así, con los
miembros entrelazados no distinguiéndose a quién le pertenecía ese brazo, esa
pierna o esa mano. Joder, estaban con ropa pero eso no hacía del momento menos
caliente, y Tom lo sabía, lo sabía a ciencia cierta…
(él podría asegurar que el asunto de la ropa le daba
más morbo).
Qué puta mierda. Antes su idea de morbo era ser
amigo de Bill, porque se veía como un chico malo, un posible asesino, y ahora
su idea de morbo era mantenerse vestido mientras se sentían desesperados y
calientes en beso.
Las palabras de su madre taladraban su mente. La
jodida charla. Y jodida en un buen sentido… ¿desde cuándo él consideraba ese
adjetivo algo positivo?
No le importaba, de verdad que no.
Solo quería que Bill siguiese succionando su lengua,
tocándole con ella partes de su boca que no sabía que tenía, luego dibujando
formas en su paladar y sí… Ohdiossí.
Que siguiese frotándose contra él, su miembro estaba muy agradecido de esa
fricción. Y le mordía la boca y él sentía que iba morir.
Le hubiera gustado morir así. Sin embargo, el
delicioso peso de Bill sobre él fue desapareciendo, y escuchó algo, ¿era su
madre acaso? Porque así fuera el fin del mundo Tom no quería moverse de ahí, no
obstante, todo fue moviéndose, y de repente de hallaba en su cama, sudoroso,
caliente, con el móvil sonando y sin Bill.
Un sueño…
Sujetó el móvil y lo contestó con voz gangosa.
Incluso se le había salido un gallo.
—¿Aló? —Tom parpadeó frente al sonido de su propia
voz.
—¿Qué estabas
haciendo que suenas como si hubieras estado gritando? —sus mejillas se
colorearon y no sabía si era por el hecho de la acusación o que fuese Bill
quien la hiciera.
—Dur-durmiendo —respondió después de aclararse la
garganta. Pudo escuchar cómo se reía su novio, y su mente distorsionó ese
sonido, haciendo que se oyese como si hiciera ruido en otra clase de situación. Mierda, mierda, su cabeza estaba jodida.
—Quién como
tú, supongo que es algo normal en los niños, acabo de hacer dormir a Lilith y
Tim, no hacen muchos problemas pero todo es más tranquilo. Disculpa si te
desperté.
Tom asintió y luego quiso patearse. —No te
preocupes, igual debía levantarme para hacer tareas y eso. —Se imaginaba que en
serio su novio debía echarle de menos, al estar habituado a verlo siempre en
las tardes. Se le encogió algo en el pecho.
—Hey, hey, se
te antoja hacer algo, ¿uhm? —ofreció Bill con una voz que estremeció a Tom.
—¿Algo como qué? —cuestionó y se sorprendió que no
haya salido temblorosa.
—No sé, salir
el fin de semana, puedes decirle a tu padre que tienes que hacer un trabajo en
casa de un amigo, qué sé yo, esas mamadas que se inventan para ir a hacer el
tonto en casa de un amigo, pero iríamos al bosque, o si quieres al lago. Podría
enseñarte a nadar, podría prepararte algo o comer chuches, no sé, me aburro
—farfulló Bill, y Tom quiso reír, Bill en serio sonaba como un crío que pide
que le lleven a los juegos mecánicos.
—¿No quieres que te lleve al parque a sentarnos
donde los columpios y comer helados? —chanceó Tom, pudo escuchar claramente el
bufido de Bill.
—Terminaría
embarrándote la cara con helado para lamértela entera y luego comerte la boca
—soltó Bill y luego rió. Tom no pudo corresponderle debía a que se había
sonrojado, y su calentura no ayudaba a olvidarse con facilidad cómo el Bill de
sueños le había comido la boca.
—Te quiero —musitó Tom. Y ahora fue Bill el que
calló. Tom se preguntó por qué le había dicho eso. Aunque las ideas que pasaron
por su cabeza es que quería tener todo eso con Bill, tenerlo para él, pasar
todas esas cosas con él, lo quería así. Aunque había sonado como algo más
afectivo. Pero eso era obvio, no tenía que avergonzarse de ello, Tom quería a
Bill, y mucho, sino no lo hubiera esperado por tanto tiempo.
Se dio cuenta que en serio lo había esperado en el
tiempo en que se fue, porque él se lo había prometido, que volvería.
—Me dices
mañana si puedes salir, debo… ir al baño —farfulló Bill y colgó. Tom
parpadeó confuso mirando su móvil.
¿Qué diablos había sido eso?
Tom miró en otra dirección y sintió su dureza aún
latente. “Ni siquiera bajó con la llamada de Bill” pensó, luego se sintió tonto
al recordar que eso iba a ser imposible que sucediese. Se mordió el labio y se
planteó tocarse. El recordar lo que le había dicho Andreas lo desanimó, pero no
quería simplemente bañarse otra vez. Y vamos, no que fuera a follar con
alguien. Se abochornó frente a su pensamiento y se echó boca abajo, con su cara
contra la almohada y lo sintió.
Su miembro contra el colchón. Gimió no muy
dignamente que digamos, y mordió la almohada para acallar el sonido y centrarse
en esa sensación. Lo quería sentir de nuevo. Y se movió contra la mullida cama
una y otra vez, lloriqueó por ello. Siguió mordiendo la pobre almohada y con
sus movimientos torpes frotándose el miembro contra la suavidad. Lo hizo cada
vez más rápido, más fuerte, y todo se sentía tan jodidamente correcto que
cuando se corrió fue algo de otro planeta.
Sabía que debía bañarse de nuevo. Pero por ahora
disfrutaba de su primer orgasmo en toda regla, y lo único que tenía claro es
que si había sido algo tan bueno con un maldito mueble, con Bill sería
muchísimo mejor. Oh sí, lo haría con Bill una y otra vez.
Y no solo se mecería contra Bill, que era lo que
estaba pensando, usar a Bill como a un colchón y mecerse, sobarse hasta chillar
como lo estaba haciendo, pero en vez de usar una almohada para sofocar sus
gritos usaría la boca de Bill.
Algo en su interior vibró, no, quería hacer ruido. Y
quería escuchar a Bill haciendo ruido, formando entre ambos un concierto que
repetiría una y otra vez. El cosquilleo por todo su cuerpo cesó y una sonrisa
traviesa se formó en sus labios.
…
Bill estaba mal de la cabeza. Él creía que debería
estar en un manicomio por haber hecho eso. ¿Cómo mierda vería a Once después de
hacer aquello? Maldijo por lo bajo y dio vueltas en su cama. Joder, los niños
estaban durmiendo cuando Bill no pudo resistirse y corrió en dirección al baño
a masturbarse. Era lo más sexual que había hecho en algún buen tiempo, y pensó
en Once, en su jodido sueño de adolescente con el que en su momento no se
masturbó. Y ahora lo hizo porque se imaginó a Once, a su pequeño Once
diciéndole que lo quería en pleno… bueno, no quería recordarlo.
(si lo hacía se iba masturbar hasta ponérsela roja
como culo de mandril).
Los pequeños se hubieran podido despertar y lo
hubieran escuchado gemir ruidosamente como si fuera una adolescente quinceañera
hormonal que perdía la virginidad. No, qué horror, ni cuando la perdió sonó
así. Tampoco era tía, ni perdió la virginidad a los quince, más bien fue a los
diecisiete, con un tío de la escuela militar que ni venía al caso. Ya hasta se
había olvidado su rostro.
Ya comenzaba a divagar, él tenía sueño y debía
dormir pero seguía recriminándose por ello. Era la primera vez que se había
masturbado pensando en Once, y lo había hecho mientras trabajaba. Por suerte no
trabajaba en un supermercado porque sino se notaría su ausencia.
Mierda, en serio estaba pensando incoherencias. Gimió
dolorosamente. ¿Por qué tenía que pasarle eso a él? Recordó las insinuaciones
de Once, la mención de la mamada, y caviló seriamente en pedírsela. Luego se
quiso golpear, ¿en serio había pasado eso por su mente?
Su jodida frustración sexual sería más llevadera
sino tuviera un hormonal novio. Y virgen.
Se repitió que Once era virgen hasta quedarse
dormido.
N/A: Para la troll que quiere decir quién demonios se excita con un "te quiero", les digo que lean de nuevo Once Fuera de tiempo, en una parte Tom le dice eso a Bill e irremediablemente él con su mente cochambrosa pensó en eso.
Joder...Me mató,todo fue genial XD
ResponderEliminarme da emoción que Tom tuviera su primer orgasmo y más pensando en su Billobear XD
y Bill,masturbarse por primera vez pensando en su Once *w* hay muero XD
"tuvo pesadillas con un montón de senos llenos de silicona" XDDD
me imaginé a Tom todo aterrado XD
muy bueno el capitulo :D
espero ansiosa el que sigue.
¡Eres grandiosa!
Saludos.~
Ahhhhh adoro este fic. Cada día se pone mejor. Que risa el pobre Tom descubriendo esas revistas y asqueándose. Y Bill sufriendo por su virginal y caliente novio. Guaaaa ya quiero el siguiente.
ResponderEliminarLa parte de su mamá me entristeció
Genial. Te pondré a trabajar más esclava.
ResponderEliminarK.
Jajajajajajajajajajajajaja no puedo dejar de reirme con ese par de so-brutos!
ResponderEliminarMe imagino a Tom con cara de asco al estar viendo las revistas porno xD
Par de calientes y Bill q se recrimina haberse masturbado en nombre de Tom sin saber que Tom se fricciono contra la cama en nombre de el y esta pensando en hacerle cositas ricas jajajajaj
Dejando de lado la parte morbosa... Awwwww Tom le dijo q lo quiere *-* <3
Y Simone esta decidida a remediar las cosas con su hijo, sera q le acepta gay y toda la cosa? Cha cha cha chaaaaaaaaaannnn
Me voy... Me fui... Ya no estoy... Espero actualices en este siglo madre-padre ;
)
Tom me parece tan adorable incluso hasta cuando se masturba *-*.Espero ansiosa el momento,si ese "MOMENTO" y más le vale a Bill ser amable con Tom e_e. Muy guay el capítulo Chulls :3,tú si sabes!
ResponderEliminar¡AH! ¡QUÉ SE JODA TODO EL MUNDO! *se va arrojando mesas*
ResponderEliminarTe amo, Nadir por ser tan perra. Y te odio por ser tan perra y hacer que me acuerde de mí cuando leo a Once.
Tom muerdealmohadas!!!!!!!!!!!! Qué hace friccionándose contra la cama, le va a dar estática en los lugares más privados de su templo de dió. Ok jaja
ResponderEliminarTom es adorable, es un amor♥
asuiohadiushf~ genial capitulo!! :DD recuerdo que yo hacia algo parecido en mi cama :$$$
ResponderEliminareste cap se me hizo muy guarro XDD
Once cada vez me sorprende más, ya está dejando de ser tan nenaza en esos temas. Me encanta xD
ResponderEliminarLa pesadilla con vaginas y tetas... xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD solté la carcajada de sólo imaginar su carita de espanto LOL
Pero más allá de las hormonas, me gustó muchísimo que Tom dijera ese ''te quiero''. Inmediatamente se me derritió el corazón, soy una marica de closet xDDDD Ayy me encantó!!
Besos ya brazos! <3 ^^
"hasta ponérsela roja como culo de mandril" JAJAJAJAJAJA MAMAAAASTE XDDDD aksfhcskld lo amé, lo amé, lo amé ;-; SEXO, SEXO, SEXO(8) chau c:
ResponderEliminarLO AMÉ LO AMÉ LO AMÉ!
ResponderEliminarasdfghjkl me dirás, que pobre de Thomás, pero... ya quiero que lo haga con Bill xD ASHDKSSDKAHJKASGDSKAHJKSGDJKAS, eso en sobremanera me llama la atencion e.e y y y se me hace tan sexy dsagkdghsjkdhjkahdkl imaginarlos hacerlo y alkgasklgjksfklaslfkls hay no dios, que me da el parooooo! :B
Y me mataste con lo del culo de mandril :'D askladhkasldasjkldhklda
J-O-D-E-R!!!!!!!!!!!!!!!!!! Jodida frustración sexual *w* Ya luego te cuento como me dejaste en el face, es que ahora ando de prisas.
ResponderEliminarJoder, me encantó!!!!!!!