Sobre la ropa interior de Tomie. Ya entenderán cuando lean, es esta. Tuve que buscar bastante para dar con ella, porque primero lo escribí y luego pensé que quizá no se harían a la idea correcta, así que es esa.
Capítulo dedicado para cuatro personitas. Mishelle, porque es mi amigo imaginario Tom uke gay peruano, a Kath, porque es Natalie y una amiga que con su sinceridad me saca de la mierda en la que yo misma me hundo (o los detractores), a Lunita, porque a ella le gusta el gender swap, y a Patricia, que si bien no la conozco en persona, aprecia a Tomie perra que le gusta darle con el látigo de su desprecio a Bill xD.
Dieciocho
años
No se habían detenido. Después de haber cruzado la
línea habían tenido encuentros casuales, sin besos, sin palabras de por medio.
Simple sexo. No hablaban sobre ello y actuaban como si no tuviera la más mínima
importancia, gran mentira, ambos solo habían conseguido compenetrarse más y
hacer de su relación aún más estrecha de lo que ya era.
Había algo
que se había roto, como cuando Tomie se besaba con Andreas, o como cuando Bill
comenzó a salir con chicas, ese algo
provocaba que ambos no pudiesen salir de su ensimismamiento y no estuviesen con
alguien más. Claro, Tomie seguía siendo coqueta pero ya no se acostaba con
nadie, y Bill… había preferido mantenerse alejado de las chicas, temiendo a que
eso que tenían pudiese destrozarse al
él dar un paso en falso.
Y joder, sería mentirse el decir que no le gustaba
cómo estaban las cosas, es decir, el preferiría tenerlo todo, besarse con ella,
susurrarle palabras que se le desbordaban del pecho mientras la embestía,
hacerlo más delicadamente y no de esa forma ruda que Tomie prácticamente
exigía, el murmurarle un “te amo” que englobase todo, el hablar de cuánto le
había gustado, el detenerse a admirar su cuerpo y recorrerlo por completo con
sus labios, pero no sería Tomie si fuese de esa forma. Ya que la rubia insistía
en que eso era sexo y nada más. A Bill le dolía, sin embargo, mientras ella no
estuviera con alguien más él se mantendría callado y tranquilo.
Tomaría todo democráticamente y con total
indiferencia si algo cambiaba, haciéndole una guerra de hielo si Tomie se
acostaba con alguien más. O al menos eso creía.
A Bill le dio mala espina desde que Tomie se demoró
más de lo usual en vestirse en uno de sus días libres, que para colmo estaban
en los tour bus, por lo que no tendrían que salir ni para comer al haber una
cocina ahí. Pensó que le había venido su período, o se intentó convencer de
ello, ya que con lo que compartían ahora se fijaba más en aquel detalle debido
a que no era un imbécil y dejar a su hermana embarazada significaría problemas
para la banda y ni qué decir para el feto, no sería normal y tendría problemas
de salud. Por eso era precavido y siempre con condón a mano y ella normalmente
tomaba pastillas.
Así que aunque Bill quisiera pensar que Tomie iba a
comprarse tampones dando por hecho que no tendrían sexo en al menos cinco días
(su período era largo), algo dentro de sí le decía que no, que su gemela no era
irregular en ese ámbito, no por nada habían nacido juntos y vivido de igual
forma. Y cuando le vio ponerse su lencería femenina, es decir, ya no bóxers y
sostenes deportivos, sino de encaje (bueno, Tomie no se molestaba en cerrar la
puerta al ya haberse visto todo) es que se preocupó aún más.
“Vamos Bill, dijiste que lo tomarías con
indiferencia”, se dijo a sí mismo mirando a otro lado para no gemir de dolor
ante la vista del perfecto trasero de su hermana en aquella hermosa tanga color
amaranto.
Casi sin notarlo Tomie ya estaba con sus ropas
anchas encima y una sonrisa enmarcada en sus labios. Y casi Bill no lo creyó
cuando ella se colgó de su cuello, como cuando eran críos y Tomie le iba a
contar un secreto. ¿Acaso sería posible que ella se hubiese vestido así para
él? Su estómago se estremeció placenteramente. Normalmente Tomie se ponía sus
interiores deportivos cuando estaba con él, no molestándose más que en bañarse
para tener sexo, ni siquiera en perfumarse como ahora o ponerse esa exquisita
crema para la piel. Pero ahora…
—A que no adivinas qué… —le susurró la de rastas
contra su oído, sintiendo complacido el cepillar de sus labios al hablar.
—Sorpréndeme —contestó también en un susurro Bill, no queriendo arruinar el ambiente.
—Andi está de visita y quiere vernos.
Bill cerró fuertemente la mandíbula y alejó con una
increíble delicadeza a Tomie de encima suyo. Ella lo miró confundida mientras
se coloreaba por la furia y casi botaba humo por las orejas.
“Sé indiferente, Bill, sé indiferente” pensó el
moreno mientras arqueaba una ceja sin poderlo evitar y controlaba su rictus.
—Pues qué bien por ti, ojalá la pases bien —soltó
con la mayor indiferencia que logró reunir. Pero Tomie no se lo tomó muy bien
que digamos.
—¡Hey! No seas patán, Andi vino a vernos a ambos, no solo a mí. Tienes que acompañarme así que báñate y alístate —ordenó la rubia.
—Andreas es TU mejor amigo, no el mío, irás sola y yo bien-gracias me quedaré aquí —respondió Bill con algo más de rudeza en su tono. Tomie frunció el ceño y se cruzó de brazos.
—Andi es nuestro mejor amigo de toda la vida, ¿de qué hablas?
—Él dejó de ser mi mejor amigo cuando se metió con mi hermana, y aparte no quiero estar de violinista así que no —soltó ahora para ir a la cocina y coger un bagel, lo cortó por la mitad y luego sacó queso crema de la nevera. Debía distraerse y no mirarla, pasar de ella. Por un demonio, no contó con que la persona con la cual volviera a acostarse fuera esa molestia rubia platinada.
—Deja esos estúpidos celos y ven conmigo y ya si después pasa algo simplemente te vas y listo —bramó la de rastas. Bill asesinó al bagel con el cuchillo cubierto de queso crema.
—¡No quiero verte con Andreas o lo reventaré a golpes!
—¡Madura por Dios!
Bill se tragó de una sola el mordisco que le había
dado a su bagel y lo dejó a un lado para encarar a su gemela.
—¿Qué madure yo? ¿QUÉ MADURE YO? —Le gritó con los
ojos por salírsele de las orbitas—. ¿Quién es la que se acuesta con su gemelo y
después actúa como si no hubiese tenido un ruidoso orgasmo? ¿Quién es la que
dice “solo sexo” como si se tratase de amigos con derecho? ¡Tenemos dieciocho
jodidos años pero yo tengo en claro lo que quiero y lo que no me gusta! Y si
eso no es madurez, qué mierda de mundo.
Tomie estaba roja y comenzó a darle golpes en el
pecho, siendo estos muy débiles al ser ella chica y un poco más baja que él.
—¡Se supone que no debíamos hablar de eso! ¡Eres un
tonto! ¡Tonto, tonto, tonto, tonto! —chilló sin querer verlo, Bill sujetó sus
manos para después soltarlos y abrazarla.
—Odio a Andreas, desde el momento en que me confesaste que salían y que se besaban y él te tocaba, yo… no podía soportarlo —confesó—. Y no solo con él, sino con todos, pero principalmente con Andreas porque fue con el que demostraste sentir algo más, los demás fueron chicos sin importancia aunque ellos podían tocarte y besarte mientras que a mí me quedaban las migajas de tu amor —dijo esto último contra su cuello, captando su almizcle entremezclado con su perfume y esa deliciosa crema.
—Bill…
—Cállate, todo lo que dirás es que solo soy un morboso obsesivo o un enfermo o qué sé yo, alguna estupidez que se te ocurra, y estarías equivocada, aunque puede que sea un enfermo por fijarme en mi gemela y un obsesivo por haberme enamorado así y no haber podido olvidarte desde hace más de cinco años pero…
—Bill…
La dejó caer sobre el sillón para sujetar sus manos
con una de las suyas e ir levantando su camiseta con la otra, dejando besos
húmedos sobre su plano vientre y después sobre sus pechos y sugerente corpiño
de encaje, para ir bajando de nuevo y quitarte los pantalones junto con su ropa
interior, mostrando su rubia pubis. La sentía retorciéndose y chillando,
pidiendo que la soltara, diciéndole que eso no estaba bien. Pero Bill estaba
harto, estaba enceguecido por los celos, la amaba, por más que estuviera
buscando patearle, él comenzó a separar sus piernas y hundir su rostro entre
ellas, lamiendo sus labios rosados con dulzura, con cariño, tan distinto a como
solían tener sexo, esta vez Bill quería hacerle el amor, era la primera vez que
le iba a hacer algo así y no tenía mucha experiencia que digamos, sin embargo
lo iría a hacer.
Separó los pliegues y buscó su clítoris con la
lengua, repasándolo una y otra vez hasta que sus partes no estaban solamente
lubricadas por su saliva. Las piernas de Tomie comenzaron a temblarle y él bajó
su lengua hasta aquella hendidura en la que se había sentido tan seguro. Y
empezó a penetrarla con ella, escuchando sus gemidos y cómo se resistía a
soltarlos. Sabía bien, sabía a Tomie y eso nunca podría ser desagradable. Subió
la mirada y observó sus ojos llorosos.
Detuvo el movimiento y se acercó a su rostro.
—¿Por qué lloras?
—Tú… lo que haces es… contra mi voluntad y —esnifó y giró el rostro sonrosado—. Tú no eres así, bueno, así de dulce sí, pero… nunca harías nada para lastimarme.
Bill sintió su pecho doler. ¿La había lastimado?
Pero si ella se había excitado… sin embargo lo había hecho a la fuerza, la
soltó y se abrazó a Tomie.
—Perdón, perdóname Tomie, no quería… me desesperé.
Termina con esto de una vez, dime que no me quieres como yo te quiero, ya no me
busques para hacerlo porque me confundes. No quiero compartirte, y lo mejor
será si me dejas, si… —Tomie le chistó poniéndole un dedo sobre sus labios,
Bill la miró y vio que ella sonreía de lado, a pesar de lo que él había hecho,
Tomie le sonreía.
—Nunca te voy a dejar, ¿sabes? Eres mi hermanito, mi hermanito menor, el que chillaba porque le quitaba sus dulces y se enojaba por arruinarle su maquillaje de vampiro. Eres mi Bibi. —Bill no se refería a que
Tomie lo dejara en ese sentido, pero al parecer ella se refería a algo más—. Ya
no iré donde Andreas, ¿ok? Me quedaré contigo, para siempre.
El pecho de Bill vibró porque esas palabras querían
decir tener algo serio y no simplemente tener algo.
—¿Por qué justo ahora?
Tomie sabía qué era lo que su hermano estaba preguntando
a pesar de que no fue explícito.
—Porque yo también tenía celos y recién me lo
hiciste ver con claridad, o al menos quise verlo de esta forma ahora.
—¿Qué? —preguntó Bill confundido.
—A los trece años, cuando ibas a salir con chicas, yo sentí celos y supe desde ese instante iría a estar atada a ti, como un parásito, quisieses o no pero quise negármelo, diciendo que estaba mal, incluso negándotelo a ti, a pesar de que era recíproco. Pensé que mis celos obsesivos eran malos y sí que lo eran, te los contagié a ti y acabó por cavarnos las tumbas. ¿Aceptas ser mío Bill Kaulitz? ¿Para siempre? Aunque de todas formas lo serás —dijo Tomie segura de sí misma y con esa sonrisa característica. Bill bufó y la situación le pareció bizarra, muy al estilo Tomie, y le encantaba, para qué negarlo.
—Sí, acepto, ¿y tú aceptas ser mía Tomie Kaulitz, para toda nuestra existencia más allá incluso de nuestras vidas? —interrogó Bill aún sobre ella a medio vestir y sobre el sillón.
—Sí, acepto, y ahora, puedes seguir comiéndome el coño si luego me dejas cabalgarte como la primera vez —farfulló Tomie y Bill quiso darse contra la mesa como un elfo doméstico.
—Siempre tan fina.
—Siempre tan marica.
—¿Puedes ponerte más seguido estas ropas interiores? —cuestionó mientras iba bajando el rostro.
—Si quieres puedo pasearme en ellas por todo el tour bus e incluso modelarte en las tiendas.
—Oh joder, ya calla o te follaré aquí mismo sin importarme nada más —soltó Bill excitándose a sobre manera con la sola idea de lo que le decía Tomie.
—Despacio, vaquero, despacio —mencionó Tomie mientras abría más las piernas para dejarle más espacio a su hermano. Bill asintió y siguió en lo suyo.
Habían sellado un pacto. A su manera. Y todo por los
celos.
Nadir, me haces ser una mala persona. Siempre que te leo me dan ganas de matar a alguno de los personajes, no sé cómo lo haces xD
ResponderEliminarEn serio, amo el Bill/Tomie *--* Me encantó todo el fic y si haces alguna otra cosa hetero, anótame~
Me gustó muchísmo este fic.
ResponderEliminarPinche Tomie, hizo sufrir mucho a Bill xD... me la pasé diciéndole ''pendeja'' LOL.
Y no, no me decepcionó el final, para nada!! Juntos más allá de sus vidas, qué hermoso :') ... y después, como cuando se escucha el sonido de un disco de vinil rayándose, Tomie con sus palabras tan finas xDDDD
Quisiera comentar más, pero puto frío, me dan ganas de no sacar las manos para nada xD
Besos y abrazos!! <3
Ahh me encantó! :D
ResponderEliminaresque,me da felicidad alfin Tomie asepto sus celos que le hacian daño y la enloquecian(? (ya empezé XD) y esque se los pegó a Bill y pués,joder paso esto :D
me encantó,fue fasinante leer esta fic,además me gustó mucho el BillxTomie y pués aunque sea hetero es twincest,es lo mejor *w*
y bleh,que decir,el final fue grandioso *w*
lo que hacen los celos,celos,celos y más celos XD
Saludos~
Me encantó el final, por un momento pensé que iban a acabar mal. Ojalá escribas más de estos.
ResponderEliminarMuy bueno!Debo confesar que me sorprendió mucho el final,no lo esperaba,yo creía que terminarían separados!Estoy totalmente enamorada de la versión femenina de Tom que presentas x3.
ResponderEliminarMuchas gracias por dedicarme este capítulo,como ya te dije,cumpliste una de mis fantasías y me tienes aquí derretida xD
Patricia mojó bragas,wuuuju!
EliminarMe encantó <3
ResponderEliminarResultó no ser tan guarra la Tomie!Hiciste que sintiera cariño por Bill,debido al desprecio de ella,y yo de:"No Bill no sufras,todo saldrá bien ella te quiere a su manera" ;--; y todo salió bien!sino terminaban juntos iba a llorar.Soy muy feeling. xD
ResponderEliminarawww me encantó el final :')) ando super sensible y tú... no sé dónde andas :(( me encantaaaaaaaron!!! me encanta Tomie (la lesbiana y esta de acá) :33
ResponderEliminarcelos de tu boca cuando chupas a una chica tengo celos celos...
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