jueves, 22 de noviembre de 2012

Fanfic: Colores. Capítulo 1: Magenta

A ver *inhala, exhala*. Solo tres personas me han hecho banners. La primera fue Aliss, que hasta ahora me los hace, pero trato de no agobiarla. La segunda fue Narcisse, mi cobra gay que me hizo un solo banner del fic Extraño, la tercera es Frezah, mi queridísima Ale -w- <3 que a ella le haría varios hijos pero no puedo :x así que le dedico este fic porque se tomó la paciencia de hacerme todos los banners, cuando antes se lo pregunté a alguien más y me dijo que la idea de mi fic no se podía plasmar en un banner. Frezah fue mi novia, pero por circunstancias de la vida ahora solo es mi amiga, pero algún día le pediré matrimonio -w- xDD.

En fin, dejando de lado mi gayness cof cof. Este fic lo hice para el Primer Rally Twincest de un blog. Inicialmente iba a ser un oneshot, pero como me gustó la idea, la desarrollé y salió un minific de tres capítulos y un epílogo. Estoy editándolo para quitar ese molesto calificativo que usaba en entonces (pelinegro, eww). Y bueno eso. Sé que algunas odiarán a Tom, pero deben comprenderlo, tiene una jodida fobia.

Título: Colores.

Autora: Kasomicu

Clasificación: NC-17

Género: Humor.

Resumen: Colores llamativos le gustan a Tom, y Bill aprende a cogerles un cariño especial

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen (Sino jugaría con ellos a las Barbies tan genial tener mi propia Barbie hiphopera y mi Ken gato ejem…). Pero la trama y demás sí. No se busca ofender con esto.


Capítulo 1: Magenta





Magenta, de ese color era pañoleta que había comprado en el bazar, frente a los ojos atónitos de su madre. Esta le reclamaba lo inadecuado que era ese color para un varón, a él le iba y le venía lo que le dijese. Eran sus asuntos, y los de Tom, el cual prefería los colores llamativos, a diferencia suya que había desarrollado una afición acérrima a las prendas oscuras, para todo, desde camisetas, hasta ropa interior.

Había decidido acompañar a su madre a las compras sólo con la intención de comprar aquella prenda. Conocía con certeza el camino que tomaba su progenitora para ir al súper. Para evitar fallos, la había incluso seguido un par de veces antes de acompañarla con su previo conocimiento. Al ir de compras, se detuvo frente al bazar y avisó que iría a comprar esa pañoleta. Simone le siguió el paso, sorprendida de lo poco que había tardado en el elegir algo, y que no fuese en el sitio a donde se dirigían. No que Bill planease llegar allí de todos modos.

Bill se acercó a pagar y regresó donde ella. Ella asintió por inercia y salieron del lugar, prefería no preguntarle mucho a sabiendas de que no se enteraría de nada y, por el contrario, se formaría más preguntas.

En medio del camino, Bill se dio golpeó su frente, murmurando como mantra ‘Idiota, idiota’. Su madre se giró en su dirección, dudando si preguntarle o no. Estaba exasperándose, en especial por la escena que estaba armando en la calle.

—¿Qué te pasa? —masculló Simone entre dientes, mirando de reojo a las personas, imaginándose lo que estas podrían estar pensando de ella y la ‘escenita’ que estaba armando su hijo.

—¡Mi tarea! ¡Olvidé hacerla! ¡Joder! Mañana tengo que entregarla y sé que ese profesor hijo de puta no tendrá consideraciones conmigo sino la presento… ¡Mierda! —gritó Bill.

Simone lo miró boquiabierta y con el rostro comenzando a coloreársele.

—Vete a la casa. —No se necesitó más que oír esa voz turbada por la furia para que Bill se fuese de allí.

Cuando estuvo lejos de la visión de su madre. Sonrió de lado.

—Estúpida.


—¿No podías ser más estúpido?—mencionó Tom con la pañoleta en mano.

—¿Y tú no podrías ser menos marica y dejarme besarte sin tenerme asco?—contraatacó Bill mientras se cruzaba de brazos y soplaba para ahuyentar a su mechón que volvía obstruirle la visión.

Tom se sonrojó y miró a un lado, apretando a la prenda de seda entre sus dedos con la misma fuerza que lo hacía con sus labios.

—No es asco, es solo que la saliva en mi boca…—se removió en su sitio frente a la sola idea. Y que realmente solo era una idea, porque nunca antes había besado a nadie, o mejor dicho, ‘realmente’ besado, ya que los besos que se daba con su hermano no pasaban de un breve roce de labios.

Y aquello hubiese bastado. Si no fuese que Bill había perdido la paciencia y ahora prácticamente le exigía uno de esos besos, con lengua, dientes y principalmente, saliva. Tom se había rehusado a tomarle en serio. Alegando que eso era de mayores, hasta que Bill vio a sus compañeros hacerlo. Y ahí acabó su posible excusa.

Miró de nuevo a la prenda que había situado en su regazo. Tenía un color llamativo, muy parecido al fucsia, pero agradable a la vista. Negó con la cabeza. No iría a convencerse por medio de un color… no que tuviese otra opción, él mismo había dicho —sin verdadera intención de ser tomado en cuenta—, que si Bill quería besarle, pues tendría que buscar algo para que no se rozasen en sí.

El pez moriría por su propia boca.

Bill se sentó a su costado y puso instintivamente una mano en la nuca del otro, acortando la distancia entre sus rostros. Tom puso ambas manos sobre la boca del otro.

—¡Espera! Déjame ponerme esto…

Bill bufó y le ayudó a hacer un nudo a la altura de las rastas de su hermano, para mantener cubierta toda la zona de boca.

—Terrorista —dijo Bill mientras soltaba una risilla. El mayor rodó los ojos—. Ok, ¿me dejas…?—dejó la pregunta en el aire a la espera de que Tom le respondiese con un gesto aprobatorio.

Tom sintió su corazón acelerarse y asintió levemente.

Bill apoyó sus manos sobre los hombros de su gemelo y se acercó más a su rostro, hasta tenerlo a escasos centímetros del contrario. Lo miró a los ojos, viendo cómo un brillo extraño rasgaba en ellos... tragó saliva y sintió cómo sus manos le sudaban, cerró los ojos y plantó sus labios sobre los de Tom, sintiendo la suavidad de estos a través de la tela.

Quería explorar más su boca. La ansiedad que le carcomía había vuelto con mayor intensidad, y pasó con torpeza su lengua por sus labios, delineándolos con curiosidad, con los ojos entre abiertos que observaban atentos a las reacciones de Tom; su sonrojo imposible de ocultar y su ceño fruncido, se negaba abrir sus ojos.

Estaba humedeciendo ya la pañoleta, con temor a que Tom detuviese el contacto, pegó sus labios de nuevo, cerrándolos y abriéndolos sobre él, colando su lengua entre sus pliegues forzando a que más tela ingresase en la boca del de rastas, pasó con cuidado la lengua por el paladar del otro, haciendo sentir en claro su piercing en la lengua y Tom se quejó. Lo que Bill no supo es que si fue por el gusto, o por molestia. De todas formas se alejó después porque terminó siendo empujado.

Tom se quitó la pañoleta de forma precipitada y la lanzó a un costado de la cama. Con las mejillas encendidas, los ojos brillantes y la mandíbula tensa.

—Esa cosa no sirve para nada, sentí toda tu baba en mi boca —se quejó Tom sin atreverse a mirarle a los ojos.

Bill no dijo nada, sujetó su laptop y se fue a su habitación, haciendo sonar un reverendo portazo a su salida.

Tom pasó su palma por sobre su ingle. Le había gustado demasiado el beso, más de lo que se atrevería a confesar. ¿Su ‘fobia’ a la baba? Se había esfumado junto con la sangre a dirección sur.

Tenía que deshacerse de ese problema antes de que viese a su madre o ésta entre abruptamente a su habitación. No iría a tocarse, no sabía cómo y le daba asco lo que podría resultar de aquel experimento.

Miró a un costado. Ahí estaba su portátil, lo puso sobre su cama y lo prendió de inmediato, San Google disiparía sus dudas, y si no… en el camino acabaría bajándosele.

Bill decía entre dientes todos los improperios que, a sus cortos catorce años, había podido aprender. Por ese instante odiaba a Tom. Lo detestaba por ser tan nena a veces, sin embargo, también se odiaba a sí mismo, porque lo que le había dicho Tom hería su orgullo, lo hacía sentirse inseguro. No besaba bien, no lo suficiente como para que su hermano se olvidase del asco a la saliva y se dejase llevar.

Se acomodó los cascos escuchando Boulevard of the broken dreams mientras encendía su correo. Quería distraerse, quizá podría acosar a Andreas solo para pasar el rato. Descartó la idea al recordar que era la promoción de su hermana y él no estaría en casa. Bufó y buscó en el buscador algún manga que leer.

Tragó saliva cuando vio a una de esas colegialas típicas del anime. Solo en ese momento reparó en el calor que había pasado desapercibido por su cólera tras el beso. Miró a ambos lados como temiendo ser descubierto y siguió viendo la imagen.


Tom se sentía estúpido por aún no entender su laptop. No comprendía por qué su correo se prendía apenas él encendía la computadora. ¿Es que acaso tenía vida?

Las ventanillas de las conversaciones comenzaron a salir. Se arrepentía de agregar a personas que ni reconocía por el nombre, y peor, que no estaba en condiciones de hablarles. Cerró todas las charlas sin siquiera responder al saludo, y abrió el navegador. Su problema seguía palpitando en sus pantalones.


Bill se puso como ‘desconectado’ en su correo para  no ser molestado mientras se pasaba los dedos por sobre el pantalón y seguía mirando las fotos de esas colegialas. Con un siseo, abrió un botón de aquella prenda que tanto le estorbaba cuando sonó el tono de una conversación abierta, era Tom.

El moreno lo maldijo de nuevo y optó por no responderle, se supone que estaba desconectado entonces no había forma que Tom lo confirmase.

Ahora iba bajando su cierre, cuando de nuevo sonó el tono molesto ese que no había desactivado por pura pereza. Abrió la ventanilla notando con vergüenza lo que decía: ‘Sé que estás ahí, por si no lo recuerdas, imbécil, tienes una opción donde el resto puede ver lo que escuchas y así estés como desconectado veo en letras azules que escuchas Green day’.

Bill quiso golpearse a sí mismo. Desertó de su idea de masturbarse, al menos por ahora y se dispuso a responderle, preguntándole qué es lo que quería. Tom le explicó que el navegador no le permitía entrar a Google. Bill rodó los ojos, y le explicó lo que tenía hacer, pero no entendía. Le dijo después que entrara al cuarto con su portátil y que le explicaría, y le respondió que no podía salir de su habitación.

Como él tampoco iría a hacer eso, dio clic a la opción vídeo llamada, donde le explicaría con palabras habladas y mímicas, lo que tendría que hacer. Por más absurda que sonara la situación en sí.

Cuando Tom aceptó. Estaba notoriamente nervioso. Bill aún estaba algo resentido pero no lo hizo notar.

—… y no trata de algo fuera del otro mundo, solo debes actualizar presionando el… —sin tener la intención inicial de verle los pantalones a Tom, Bill lo había hecho, interrumpiendo sus instrucciones y frunciendo el ceño de inmediato—. ¿Estás excitado?

El rostro de Tom pasó por varios matices de rojo y negó con la cabeza. Bill se acomodó de tal forma que Tom pudiese verle los pantalones y notar que no era el único.
—¿Has estado viendo porno, uh? —preguntó Bill con voz ronca. Tom volteó el rostro.

—¡Por supuesto que no! —chilló—. ¿Qué me crees?

—Un crío con las hormonas a flor de piel, nada más que eso… ah sí, un bastardo que finge que no le gusta algo cuando al final termina con un empalme por solo un besito —chanceó Bill con un tono de malicia. Tom hizo amago de cerrar la conversación—. Hey, no te he terminado de explicar…

—Tú solo te estás burlando de mí y me muestras que también te has excitado, eres estúpido —se quejó Tom, aún no dando por terminada la conversación.

—Mira, sé que no querrás venir acá y yo no iré allá, tengo una solución a tu ‘problema’ y te la diré si te interesa, eso claro, con una condición —advirtió Bill con un brillo extraño en los ojos.

Tom lo observó desconcertado. No iría a tocarse, eso lo sabía Bill. Ahora se sentía tan caliente que no le importaba nada, curiosamente la charla con su hermano no amedrentaba su excitación.

—Ok, dilo.

—Quiero mirar —masculló Bill mientras se pasaba la lengua por su labio inferior. Tom tragó saliva, empezando a arrepentirse.

—¿Qué-qué debo hacer?

—¿Recuerdas la pañoleta que te di? Tenla a la mano, también tu crema esa que te pones después de bañarte. —Tom no esperó más y fue por lo que le indicó su hermano, no molestándose en mencionar que no era cualquier crema sino humectante para que la piel no se le pusiera tosca.

Se acomodó como sea sobre la cama, Bill le indicó lo evidente. Había dicho que quería mirar, así que cambió su posición poniendo el portátil entre sus piernas mientras obedecía a lo demás, que incluía bajarse los pantalones.

—Te repito, Bill. No me tocaré el… tú sabes—recalcó.

—Y no he dicho que te lo toques… agarra la pañoleta y ponle la crema—indicó.

Tom siguió la instrucción y siguió sin entenderle el punto. Bill dijo que necesitaba bajarse los bóxers, Tom hizo caso sumamente sonrojado por cómo se iba tornando la situación y por sentir cómo le palpitaba contra su vientre.

Siseó por el dolor. Bill le señaló la pañoleta y luego su miembro. El de rastas lo miró interrogante. Su hermano rodó los ojos y se deshizo de las ropas también, tomando el suyo entre sus dedos y masajeándolo levemente. Tom miró a un costado.

—Haz eso, pero con el… ough, la… cosa esa —mencionó Bill acezado.

Tom asintió e imitó sus actos. Maravillándose frente a la nueva sensación, y no pudiendo evitar sonrojarse al ver a Bill hacer lo mismo. Observar sus mejillas pálidas teñirse de rojos, su respiración acompasada, y sus labios entre abiertos, esos que ya había probado y los cuales eran los causantes de esto.

No se tocaba, no se sentía a sí mismo y le era más fácil el movimiento con la crema. Se sentía muy bien. En especial al no hacerlo solo, al estar haciendo lo mismo y al mismo tiempo con Bill, hasta en ese instante unidos. Lo quería, por su paciencia, por no mandarlo al demonio, por siempre estar disponible para él, por entender sus silencios, y protegerlo durante ellos.

Lo deseaba.

No se imaginaba con alguien más, no se había sentido así antes, o cuando se despertaba entre sueños así, era porque lo recreaba a Bill, en momentos tan simples como darse un beso de buenas noches, o durante un abrazo que compartían cuando aún dormían juntos. Lo quería todo con él, solo con él.

Sin poder contenerse más, gritó su nombre cuando soltó su esencia. Bill lo hizo después de Tom, no pudiendo tolerar escucharlo decir su nombre con esa voz y en ese momento final.

Lo veía tan frágil con la saliva escurriéndosele por la quijada y el pecho alzándosele. Quería correr a su cuarto y abrigarlo, poner su oído sobre su pecho hasta que se normalizase su respiración, pero se mantuvo en su sitio, disfrutando de su propio clímax.

—Di-jis-te que-e no me ensuciaría.

—Mentí.

Tom cerró la conversación. Bill se puso contra la puerta que los separaba. Lo había sentido tan cerca, y esperaría lo necesario para volver a sentirlo así, y cuando Tom se sintiese seguro y no temiera más, estaría allí, dispuesto siempre solo para él.


5 comentarios:

  1. Wow, es increible, me pareció más intenso ese beso a traves de tela y ese..uhm acto, que cualquier escena erotica que haya leido :$
    Ademas Tom me parece taaaaan frágil, a mi tambien me darian ganas de abrazarlo :L
    Sube pronto y cuidate <3 Besos

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  2. Aww ese Tom es una ternura:3
    me gustó ese beso y tambien la escena subida de volumen:D
    yo adoró esa canción de Green Day,y se me hizo chistoso que Tom le dijiera eso XD
    ‘Sé que estás ahí, por si no lo recuerdas, imbécil, tienes una opción donde el resto puede ver lo que escuchas y así estés como desconectado veo en letras azules que escuchas Green day’.

    Tom es taaan tierno,que Bill no aguanta violarselo XD
    espero con ansias el siguiente :D
    Saludos~

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  3. Yo me lo había leido en thf, pero lo hago de nuevo y es como si fuera la primera vez. Ese Tom tan marica xD Pero es una monada de nene *-*
    Ta quiero los demás colores, si no estoy mal está el Cian (QUE NO ES LO MISMO QUE EL AZUL, DUH -en palabras de este Tomi xD) Peri como amé el amarillo con todo y el impermeable y eso *w* Ya, mejor me callo~
    Saludos!

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  4. :megusta:

    Me encantó la situación, y como para todo lo que involucra contacto físico tiene que haber un intermediario.

    Tom y su miedo a esos ''encuentros cercanos'' xD. No lo entiendo, pero bueno, alguna razón tendrá jaja. Supongo que se irá acostumbrando, ¿cierto?

    Muy bueno =D
    Besos y abrazos! ^^

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  5. Cuando leí que a Tom le daba asco la saliva me quedé de WTF? pero conforme más leía se me hacía algo muy...tierno (? me gustó mucho como ambos sin ni siquiera tocarse se podían dar mucho placer ~ <3
    Muy bueno ^^

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