Título: Cuando caiga el sol.
Autor: Kasomicu.
Género: Suspense, Supernatural.
Categoría: Slash.
Rated: +18
Advertencia: Lime, Twincest not related, Parafilias.
Resumen: Bill sentía observado, tras aquellos sucesos, dejó de importarle el sentirse así, solo pensaba en que llegue la noche.
Disclaimer: Las personas reales no me pertenecen, sus acciones, personalidades y demás que cometan en esta historia, sí.
Bill dormía.
(O por lo menos intentaba hacerlo).
Hacia noches que no podía conciliar el sueño, se
sentía vigilado, como si una mirada acechante lo acosase en sus sueños
convirtiéndolos en pesadillas. Incluso se atrevía a confesar (con la cara roja
de vergüenza) que tenía sueños húmedos con tintes tenebrosos en donde una
sombra se posaba sobre él y lo poseía hasta hacerlo gruñir escandalosamente. No
es que tuviese problemas con afrontar su sexualidad, él sabía que era gay, así
ni pensar que se trataba de su subconsciente, o quizá tantos meses carente de
sexo ya hacían mella en él. Se despertó por un sonido sordo, cualquier cosa
podría despertarlo ahora.
Se talló los ojos y observó que su ventana se
hallaba abierta y filtraba aire que en definitiva no le iría a ayudar mucho en
su búsqueda de caer en brazos de Morfeo. Al llegar al borde de la ventana los
vellos de la nuca se le erizaron de inmediato y sus dientes tiritaron de frío,
lo extraño es que el aire no venía de adentro para afuera sino al revés, Bill
giró el rostro y se encontró con unos ojos rojizos y un pálido rostro que
estaba enmarcado por unas rastas negras.
—Te he estado observando, noche tras noche,
vigilando tus sueños a la espera de poder poseer tu mente pero me es muy
difícil. —Bill casi se cae del rebote que dio por la impresión y se sobó la
cabeza al golpeársela.
—Yo…
—Tú eres una criatura fascinante al dormir, mi
nombre es Tom y sé que el tuyo es Bill —masculló el de rastas arrinconando a
Bill.
—¿Cómo lo sabes? ¡¿Cómo llegaste aquí?!
—Lo leí en tu cuaderno, eres desordenado pero eso me
gusta, al igual que tú al entreabrir los labios al dormir. Entré por la
ventana, eres olvidadizo y siempre se te pasa el hecho de poner el seguro.
No sabían cómo pero estaban ya al borde de la cama.
Bill miró los labios rojizos del pálido joven y el piercing que lo adornaba en
su comisura y, joder, le entraron unas ganas de comerle la boca.
Tom empujó a Bill contra la cama y fue quitándole
sus prendas sin delicadeza, rasgando la ropa y piel a cada paso, dejando marcas
rojizas sobre la blanca piel y marcados brazos del joven rubio. Bill se dejaba
hacer, estaba como hipnotizado con esa boca, esos ojos, ese cuerpo que podía
vislumbrarse bajo las anchas ropas que usaba su acechador.
Siseó por el dolor pero se dejó hacer, permitió que
le dejaran marcas al comenzar a besarlo, a morderlo por todo su pecho desnudo,
sintió pequeños pinchazos como si en vez de caninos tuviese colmillos. Le quitó
los pantalones de franela y sus bóxers y él se fue desnudando de a pocos,
demostrando así su cuerpo que parecía pulido en mármol por la perfección con
una erección a la vista. Echó a Bill de espaldas y luego comenzó a masturbarle
con casi furia, pero consiguiendo su objetivo, el que se excitase a
sobremanera, escupió sobre su mano y siguió haciéndolo hasta ver el líquido
preseminal. Después lo observó fijamente y se empaló a sí mismo, comenzando a
mecerse mientras soltaba alaridos bestiales, Bill gruñía y gemía de dolor, aún
confundido por todo pero no pensando claramente en ese instante.
Tom bajaba la cabeza para ahora acercarse a su
cuello e ir lamiéndolo, mordiéndolo y después lamiéndolo.
—Con esto no te convertirás en un monstruo como yo
—dijo Tom luego de lamerle la sangre que salía de su cuello.
—¿Ah?
—Sello las heridas que te hago —soltó acezado y
siguió meciéndose sobre Bill. Ahora Bill tomándolo por la cintura y ayudándolo
a que subiese y bajase para que se penetrase a sí mismo—. Esto es mejor de lo
que me imaginé.
—¿Te imaginaste esto? —soltó entre resuellos Bill.
Tom asintió.
—Cada vez que te miraba dormir.
Ambos se corrieron y el semen de Tom se entremezclo
con la sangre de Bill sobre el vientre de este. Tom se encargo de lamerlo todo
con una expresión de lascivia que hacía estremecer a Bill.
—¿Volveré a verte? —preguntó después de que el
moreno se vistiera.
—Cada vez que caiga el sol.
Ola k ase xDDDDDDDDDDDDDDDD
ResponderEliminar*__* me gustó!
El título me recordó a una canción de Artic Monkeys (aunque no viene al caso, pero el título es el mismo xD)
Qué pinche fascinación de los vampiros con el sueño xD
Me imaginé a Tom colgando del techo, de cabeza y envuelto con alas de murciélago xDDD.
Besitos ^^
Esto es muy bueno cuando recién te levantas y ni tomas desayuno, fue mi alimento y me quito el sueño en una hehehe.
ResponderEliminarEstuvo genial y me dio risa porque Bill estaba como que ni se enteraba de nada hehehehe Tom con las rastas sueltas y de vampiro se me hace muyyyyyyy sexy *-*
Genial a ver si te animas a hacer un fic largo sobre vampiros! :D
@L, Ola k dise. Gracias, L. Ya me pasaste la canción, lo chistoso es que sigo sin oírla xd, algún día lo haré aunque esa banda no sea lo que se dice mis gustos predilectos. Sí XDDD no sé si Tom duerme o no, pero andaba fijándose en Bill en cómo dormía, roncaba y todas esas cosas tan humanas y poco agradables XDD. Ya vi tu dibujo, más tardecito lo colgaré. Besitos y gracias por leer y comentar.
ResponderEliminar@Victoria Greinth, gracias :3 me siento halagada, pero igual come pues, el alimento es importante xdd. Bill estaba en las nubes, es un poco despistado, pero también es que Tom es todo un maestro. Tom es sexy, por favor xD. No sé lol, tengo una comedia de vampiros en el tintero, que era más bien un guión para una actuación pero quién sabe, igual y cuando termine uno de mis pendientes me animaré. Gracias por leer y comentar :3
Uhhh "cada vez que caiga el sol"... Me mataste con eso :3 Morí, reviví... Me encantó :3
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