Pues que fui a comer, y el mesero era incompetente. Recordé que Bill antes de que viera a Tom en Catorce, fue mesero, y me reí, porque en serio no me lo figuraba como uno, siendo así de borde.
Me costó horrores escribirlo, y no salió como quería, sin embargo, al menos transmití lo que quería, creo. Es corto lol.
Título: Once fuera de tiempo III (título alternativo: Un día cualquiera)
Autor: kasomicu.
Categoría: Slash.
Género: Drama.
Rated: +16.
Advertencia: Alusión a contenido hetero, angst, twincest no relacionado, AU.
Resumen: Un día más en la vida de Bill.
Disclaimer: Las personas reales no son mías, pero sus acciones, personalidad y demás sí. No gano dinero con esto. Perteneciente a la serie De Once y demás números.
Capítulo único
Su celular vibró contra la mesilla y luego soltó su
melodía. Odiaba despertarse temprano, pero tenía que ir a trabajar, así que no
podía decir nada al respecto. Se talló los ojos y sintió que alguien se removía
al lado suyo. No recordaba el nombre de la chica, ¿o era chico? No, era chica.
—Moreno, ¿a dónde vas? —preguntó.
Bill quiso mandarla al diablo, ¿qué mierda le
interesaba a dónde iba? Solo habían follado.
—A bañarme —soltó de mala gana, cogiendo sus ropas
del suelo.
—¿No quieres que te acompañe, amor? —Bill rió y se
metió al baño. No le diría nada, porque era mujer, y ellas eran más
temperamentales que los hombres, y en definitiva Bill no quería llegar
apestando a sudor, y otros fluidos al trabajo.
…
No había salido ileso, la joven le había dado unos
billetes, alegando que era para su movilidad. Él los lanzó al piso, y le dijo
que se los podía pasar por la raja. Bill recibió una bofetada, así que camino
al trabajo estaba de muy mal humor. Odiaba que las mujeres le hiciesen eso, le
recordaban a su madre.
Cuando llegó a su trabajo, su jefe lo miró con mala
cara, ya sabía lo que le diría, que por qué tenía los ojos pintarrajeados como
si fuera una mujer. Que tenía cara de trasnochado, que por qué no se cortaba el
cabello y esas cosas que al parecer nunca se cansaba de repetir. Así que Bill
saludó, y dijo que quería apresurarse en cambiarse, evitando de forma
diplomática el sermón, y cuando estuvo en el vestidor, se calzó su uniforme de
pantalón negro, camisa blanca y mandil, acomodándose la redecilla en el cabello
y sintiéndose tan raro.
Chasqueó la lengua y decidió pararse contra la
barra, esperando a que llegara algún cliente.
—No comiste —sentenció el cocinero, sirviéndole una taza de café, que Bill aceptó sin decir gracias.
—Comí anoche —dijo, haciendo
alusión a otra cosa, Richard bufó.
—Vamos, hablo de comida.
—La puta, no, no comí y me
importa un carajo. Me importa una mierda lo que pienses —soltó y siguió
bebiendo el café.
—Oh, Bill, vamos, sabes que si
quisieras podría ofrecerte mi casa y…
—Nomejodas —masculló entre dientes.
Richard era casado, y Bill pasaba de ello, él no se metería con un hombre
casado y hacer quién sabe qué cosas con su mujer en sus narices.
Aparte Bill no se acostaba con la
misma persona, a menos que follase más de una vez en una misma noche.
La campanita que alertaba de la
presencia de un cliente sonó. Bill agradeció mentalmente por ello y vio cuando
un hombre de la edad de Richard, o sea cuarenta años y un poco más, se sentaba
en una mesa y veía el menú.
Bill se ubicó al costado y esperó. Pero
al parecer el hombre estaba muy interesado en los detalles de la carta, porque
no decía un carajo y no pasaba de hoja. El moreno de cruzó de brazos.
Los minutos seguían… y el mayor recién volteó de hoja. Bill no pudo evitarlo, era demasiado, así que movió el pie
insistentemente, porque no podía estar quieto. El hombre levantó el rostro,
frunció el ceño y la boca.
—Disculpe, ¿señorita? Su pie está
haciendo un ruido molesto —declaró.
—Oh, mi buen señor, lo lamento
mucho —soltó con voz fuerte y clara, como para que notara su error. Pero
el tipo no se inmutó y siguió viendo el menú.
—En otros restoranes suelen saludar
los meseros, cómo lo habrán educado en su casa, en fin. ¿Qué me recomienda para
ordenar? —farfulló. Bill quiso golpearlo.
—Cianuro.
—¿Disculpe?
—Que usamos pan duro para elaborar
un pastel muy delicioso, con pasas —se corrigió y puso la más falsa sonrisa que
podía sacar.
—Uhmn, suena tentador.
…
Bill se veía tentado a orinarse en
la sopa de la gente, así como vio en esa película. Le reventaban el hígado,
todos, los quería mandar al diablo. Y la verdad es que no sabía por qué no lo
hacía. Tal vez sí sabía la razón. No tenía a dónde ir.
—¡Hey, guapa! —lo llamaron. El cabrón
puto de mierda de Oliver, un tipo con el que se había liado en una ocasión. Lo recordaba
solo porque andaba yendo al mismo restorán con la intención de joderle los
nervios.
Fue en su dirección y se paró
frente a él, esperando que ordenara.
—Oh, perdón, es que de espaldas, y
con el culo que te cargas, te confundí.
—¿En serio? Con la polla que tienes
hasta ahora me pregunto si eres hombre —respondió Bill en voz lo
suficientemente baja como para que no le oyera su jefe.
—Oh, vamos, lindura. Sé obediente y
tráeme un pie de manzana —masculló Oliver. Bill apretó la mandíbula y se
dio media vuelta, antes de irse del todo, sintió la mano del idiota en su
trasero.
Entonces Bill mandó el recato al
caño, y por acto reflejo, cogió la mano del rubio antes de que la alejara del
todo, la torció dolorosamente y se acercó a él.
—Vuélveme a tocar, y te meto el
puño en el orto hasta dejártelo tan abierto que tu puta cabeza te cabrá
dentro —amenazó.
—¡Kaulitz! —gritó su jefe.
La gente alarmada comenzó a
cuchichear, y Bill soltó la mano del adolorido Oliver, yendo en dirección del
bigotudo tipejo.
…
Al final de su turno, Bill se había
ido a un parque, y se había puesto a fumar mota. Tenía que buscar alguien con
quien mojar, para no cagarse de frío en la puta noche, para comer algo. Pero no
quería, ahora simplemente estaba de ganas de aovillarse y contar hasta solo
pensar en números.
Odiaba su vida. Se odiaba a sí
mismo. Odiaba lo que tenía que hacer.
Y en medio de lo gris, se
preguntaba qué estaría haciendo Once, si estaría bien, si se acordaría de él,
si seguiría pensando cosas buenas de la gente. Bill no era nadie, tampoco era
el mocoso que Once había conocido.
Pensó que sería genial morderle su
boca de nuevo, lamerle la mejilla, verlo sonreír. Estaría más grande,
seguramente. Esperaba que mantuviera aquella pureza que se extingue
conforme pasa el tiempo.
“Nunca me olvides”, le pidió al
viento. Y las lágrimas negras surcaron sus mejillas de forma silenciosa. “Nunca
me olvides, solo eso te pido. Te necesito”, rogó internamente.
Se abrazó a sí mismo y se
sintió roto, temía que no pudiera volver a unirse nunca más.
—Estoy jodido —exteriorizó y
todo se hizo más real.
Rió histéricamente y deseó morirse.
No había luna esa noche, al menos no para él.
Por la puta madre. No sé qué pretendes que te diga. Pienso que querías que fuera humor pero de algún modo ese periodo de la vida de Bill no puede estar lleno de un humor que no sea jodidamente negro.
ResponderEliminarMe dejas sentimientos encontrados. Por un lado quiero volverlo a leer para poder sentirlo mejor y más por completo, pero por otro lado no quiero volver a leerlo nunca más y hasta desearía que no lo hubieras escrito, porque eso sólo lo hace más real... Y eso es muy, muy jodido.
Pobre de mi Bill como sufrió mi nene, me parte el corazón saber por todo lo que ha pasado, lo bueno es que ya esta con su once que le va a curar sus heridas y a juntar todos sus pedacitios para que no se sienta roto y solo
ResponderEliminarTe pasas de verga Nadir me haces sufrir carajo
ResponderEliminaraw,me imaginé a Billobear vestido de mesero XDDD
ResponderEliminary al viejo de su jefe con un gran mostacho y con cara de:"soy el mejor" XDDD ok ya ._.
y al tal Oliver con el puño en el orto XDDD
Bill bien canijo con el pobre señor XDD
"En otros restoranes suelen saludar los meseros, cómo lo habrán educado en su casa, en fin. ¿Qué me recomienda para ordenar? —farfulló. Bill quiso golpearlo.
—Cianuro.
—¿Disculpe?
—Que usamos pan duro para elaborar un pastel muy delicioso, con pasas —se corrigió y puso la más falsa sonrisa que podía sacar."
XDD morí con esta parte.
Billobear,no llores,no llores,olvida las penas y los temores(8) XD
me encanta,esta genial *w* ¡Bill mesero! XD
me encanta este fuera de tiempo :3
saludos y besos~
Me dio penita :'(( pobre Bill todas las cosas que debió pasar u.u pero me gusta su carácter fuerte y de mierda a la vez xdd Awww menos mal Once no lo olvidó :'))
ResponderEliminaru.u no sé que poner... Desearía que las cosas fueran diferentes... como una vez te dije, pensé que el fic sería suave y llevadero, fácil de leer. Pero las cosas se complican y hay muchos sentimientos tanto negativos como positivos en juego, y esto hace que todo el mundo se sienta identificado, no digo que está mal, porque algunos hemos pasado por cosas similares, simplemente es difícil, sentirse identificado con alguien que no es real.
ResponderEliminarK.
Para mi es mas facil identificarme con un personaje de ficcion que con uno real. por que un personaje de ficcion puede ser mas real que cualquier persona real.
EliminarMe dieron ganas de rajarle la madre a Oliver è.é No... Billobear si que sufrió mucho... Me alegra tanto que luego de eso ahora pueda estar con Once... Once es su luna *w* -suspira- Me llegó la parte final... Me encantó (like always ahaha). Espero con muchas ganas el sig cap de 14 :3
ResponderEliminarSaludos playa .w. lol
Creí que sería un Oneshot más alegre D´: pero creo que toda buena historia tiene sus buenos y malos momentos y en esta época de la vida de Bill debió ser bastante oscura ¡que bueno que tiempo después se encontró con Tom" me gusto mucho ^^
ResponderEliminarShisus, qué triste :c
ResponderEliminarTriste..triste..triste..muy triste....con el final casi lloro, hasta ahora sigo sintiendo esa cosas rara en el pecho..pobre de Bill....
ResponderEliminarpero me encantó eres una maestra escribiendo... :-D
:o eso es muy triste! :'( Pobre Bill, enserio que horrible vida llevaba... pero lo bueno es que ya esta con Once y él puede ayudarlo a unir sus pedazos!
ResponderEliminarBill no buscó el camino correcto, me refiero a lo de "prostituirse" para sobrevivir. Creo que él tiene un caracter muy fuerte y lo ha demostrado y con eso puede salir adelante.
ResponderEliminarEl relato me dejó una sensación chistosa al principio por ser tan borde con los clientes, pero al final, se desarmó y de paso nos desarma a todas, porque "Verlo" llorar, derrumbar esa capa de chico me valemadresloquemedigas, llorar por un amor que apenas iba a tomar forma, realmente dan ganas de llorar.
Realmente eres buena escribiendo.
Adriana.
Mierda... Cada vez que leo sobre la situación que Bill vivía en ése momento, se me retuerce el estómago. No puedo imaginar el estado en que estaba sin sentirme una mierda...
ResponderEliminarEs cómo que quisiera volver a la parte ''Humorística'' del relato, pero ahora que lo pienso... No puedo encontrarla. :C
Amo cómo escribes... <3
Carla.
Tralala, tralala pinche Nadir, haces sufrir a Bill... ¡voy a morder tu cabeza! :B
ResponderEliminarNah, no es cierto; me gustó... ah~ todo es tan... gris...
Sí, se leerá extraño, pero me encanta que me hagas sufrir así. Necesitaba ya leer esto.
ResponderEliminarMe atrae mucho la oscuridad y amargura de Bill, no sé, no puedo describirlo con palabras. Para mí es algo bello.
Y sí, como dices, siendo como es, no me lo imagino de mesero xD
Te quiero <3