lunes, 7 de enero de 2013

Fanfic: Catorce. Capítulo 12: Presente.

Tengo un problema .w. no sé cuántas hojas he escrito xdxdxd. Es que según mis dedos (sí, hasta con los dedos conté) son seis y media, o sea prácticamente siete, pero según el culero de word dice que son seis, o sea... no entiendo y me enoja, igual, si le metía más al capítulo ya sería puro relleno, así que le puse lo suficiente, lo que tenía que ver. Por si las moscas el próximo será un poquitín más largo, si los cálculos no me fallan.

La canción que escucha Bill en este capi es esta. Igual la menciono pero la pongo por si quieren ambientarse la lectura (?).  El tío de Tom que menciono, Paul es él, su nombre realmente es Paul, pero es un rapero y su nombre artístico es Sido, no es gay, está casado y tiene un hijo, peeeeeero no me resistí a poner el pairing de Sido con Bushido (sí, tío Anis es ESE Anis). 

Quisiera hacer una queja que nada que ver, ahora estoy respondiendo a los comentarios, pero los comentarios en otros oneshots que he colgado han bajado, ¿estoy haciendo algo mal? lol ¿O los oneshots están bien malos? Bueh.

Hoy es el cumple de Cassandra, una amiga que tengo desde hace qué, uhmn, ¿dos años? No recuerdo bien, ya ni me lee pero igual quería mandarle saludos.

No sé qué podría explicar sobre este capítulo, está bien detalladito aunque pasa el tiempo algo rápido xdxdxd, como cinco años... okno. Pero al leer lo notarán. ¿Bien trastornados mis personajes, no? Para los que me leen en otras historias ya no debería ser novedad. Saludos y buena lectura, si se me pasó algo es que tengo sueño y no he dormido (hablo de ortografía).

Ah, Bill y Once tienen ask, son para preguntas a los personajes, pero igual les trollean con cualquier cosa.


Capítulo 12: Presente


—Usted no debería estar aquí, señora Arabelle —respondió Anémona cuando por fin pudo encontrar su voz. La de pelo rosa arqueó una ceja divertida.

—Señora es por apellido, y llámame Bell, pequeña Mona. Los formalismos solo aplican para los que no tienen parentesco, y aún así, normalmente me paso por la raja, disculpando la expresión, aquello —respondió Bell sonriente. Tom abrió los ojos en toda su extensión.

¿Quién era esa mujer?

—No, no, usted, usted…

—Yo soy tu madre, Mona.

Anémona se estrujó las manos y frunció el ceño en señal de aprensión. Tom se quedó absorto. ¿Su abuela? Pero su abuelo decía que ella había muerto, y su madre nunca lo contradijo. El de rastas nunca había visto a su progenitora tan fuera de sí.

—No, no, no puede ser. No, no, no —negaba efusivamente la rubia. Bell se acercó a ella e hizo amago de abrazarla, al Anémona no alejarse, la mujer la apretó contra sí.

—Siento no haber estado para ti. No tengo excusas, lo siento muchísimo —se disculpó en su oído y Tom no alcanzó a oírlo.

—No tiene derecho, no tiene… —barbotó Anémona como una niña chiquita asustada. Tom se sintió confuso.

—¿Mamá? —llamó Tom. Era demasiado bizarro.

Anémona se despertó como si estuviese en un estado de sopor y observó a su hijo, rompió el abrazo y se pegó contra él, como si buscase apoyarse en Tom.

—No tiene por qué estar aquí —sentenció con una fuerza que no sentía.

Tom alternó la mirada a ambas.

—Pero má, si es la abuela, ¿por qué no puede quedarse? —preguntó Tom. Ahora notaba que el parecido de la mujer era con su madre.

Anémona lo observó recriminador.

—Porque no.

—Solo quería visitarte, Mona, no planeaba dormir aquí ni nada de eso. Quería verte, a ti y a mi nieto —dijo Bell. Tom se sintió extraño, sus abuelos paternos había muerto antes de que él naciera, y solo conoció a su abuelo Hans, que siempre le daba galletas con fibra porque las otras picaban las muelas.

Cuando intentó imaginarse a ambos siendo pareja no pudo procesar la idea. Su abuela era algo estrambótica, y su abuelo demasiado cuadrado, no podía estar encorvado en su presencia, o caminar descalzo ni morderse las uñas. La mujer hablaba improperios, se pintaba el cabello y le gustaban las bandas esas ruidosas. Vio a su madre, siempre le había parecido muy similar a su abuelo.

Tom tenía curiosidad, quería conocerla.

—¿Dónde se quedará? —interrogó Tom sin importarle la mirada de reproche de su madre.

—En donde caiga, crío —soltó sonriente. No tenía dónde quedarse.

—Mamá, no puedes… no puedes dejar que se quede en otro lado, siempre me hablaste de las buenas costumbres, cortesía y demás, con mucho más razón debes ponerla en práctica con tu madre —reclamó Tom, ¿tenía sentido, no?

Pero a veces eso no le importaba a Anémona, en especial en esas veces donde actuaba como una estúpida niña que no ha conocido el mundo y no sabe cómo enfrentarse a él. Iba a responder cuando rememoró que su hijo pasaba por un momento de rebelión, ¿qué imagen tendría de ella si actuaba diferente a lo que predicaba? Bajo esa condición, aceptó.


El castaño estaba amarrándose el cabello en una coleta cuando vio a Andreas por el pasadizo.

—Andy, tengo que preguntarte algo —se limitó a decir Georg.

El rubio platinado volteó en dirección a su hermano y asintió. No sabía qué le pasaba en la mente al mayor, pero cuando quería hablarle no era por algo bueno.

—¿Qué pasó?

—Sabes, no es algo de mi incumbencia la verdad, pero me parece muy extraño lo que sucedió con Tom y Bill —comentó Georg. Andreas frunció el ceño.

—Ese estúpido no es que sea el epítome de lo normal, es un drogadicto, loco, ¿no notas cómo se comporta? No me sorprende que actúe así, es un impulsivo y…

—Sé cómo es Bill, y no preguntaría a menos que crea que tú tuviste algo que ver. Andreas, ¿pasó algo? Bill no es de irse así no más, en especial si Tom estaba aquí —señaló Georg.

—No entiendo. —Andreas sí entendía lo que insinuaba Georg, claro que sí, lo conocía demasiado bien, ambos se conocían, así como Andreas sabía de lo que hablaba Georg, Georg sabía que Andreas se estaba haciendo el idiota. No podían mentirse.

—No me hagas repetirlo, Andreas. —Y su cabeza la sentía latir, porque Georg le decía Andy, Andy o enano, o cualquier otro nombre que hacía que Andreas se enojase, menos su nombre completo, y ya lo iba diciendo dos veces, le hacía una petición llamándolo así. Al rubio le sudaban las palmas.

—Yo… —Georg arqueó una ceja instándolo a que continuara, tragó saliva—. Yo besé a Tom.

Era diferente sentirte conforme con lo que habías hecho, a pesar de una ínfima parte de ti te dijera lo contrario, a tener que ver esos ojos verdes que no te juzgaban, pero tampoco te apoyaban; esos orbes que cuando eras pequeño te ponían esa mirada al romper un jarrón que era herencia de la abuela, los mismos que observaban cuando habías dado de comer al perro crayones y todos angustiosos lo llevaron al can al veterinario por el color de sus heces. Cualquiera podía decirte que estaba mal, pero no importaba, porque tú tenías la razón por sobre todos ellos, sobre todos, menos sobre él.

—Hice algo malo, ¿verdad? —interrogó Andreas, aunque era más una afirmación.

—Él los vio —no preguntaba.

—No lo sé —no mentía.

—Con lo cabeza dura que es, probablemente está pensando infinidad de cosas, ¿por qué ahora, Andreas?

Bajó la mirada, se sentía avergonzado. —Solo quería saber si me correspondía.

—Falso.

—¿Qué sabes tú, acaso estás en mi mente? —se quejó Andreas con el entrecejo fruncido.

—Sabías que no te correspondía, en todo caso pudiste hacerlo antes.

—Lo amo, no entiendes.

—Falso.

—¡Cállate! —Se sentía mal por gritarle, en especial porque era una figura de autoridad en su vida, sin embargo lo exasperaba.

—Si lo amaras no le hubieras hecho eso, respetarías que tiene pareja. Estarías feliz porque él es lo está. —De nuevo no preguntaba.

Se mordió el labio con saña, liberando la frustración que sentía en ese gesto. Observó a Georg, y él le correspondió a la mirada.

—La cagué, ¿soy un idiota verdad? Agh, pero Tom me siguió el beso…

—No te fijes en minucias y afronta lo obvio —mencionó Georg.

—Soy un tonto, un estúpido, me odio.

—Por favor, no me vengas con muestras de autocompasión, sabes lo que pienso de ello —pidió. Andreas estiró los labios y se sonrojó.


Habían hablado, Tom sabía que Bell, su abuela, estaba enferma y debería hacerse unos chequeos a pesar de que en un principio no quiso hacerlo, y ahora era ella quien lo cuidaría, después de mucho insistir. Eso implicaba que Tom la acompañaría a sus consultas cuando le tocasen y también a recoger unas ropas que debían llegarle en unos días, razón por la cual ahora estaba sin equipaje.

Anémona no estaba feliz con la idea de que Bell “lo cuidase”, pero Tom era insistente cuando se lo proponía. La rubia pensaba que la mayor habría sentado cabeza, a pesar de cómo luciera. En su infancia más bien se veía como hippie.

Así que era lunes, y Tom había faltado a clases, su madre evidentemente no lo sabía, sin embargo, Tom quería pasar tiempo con Bell.

—¿Y entonces me dices que Anémona es un nombre en español? —cuestionó Tom curioso.

—Sí, siempre me pareció un idioma muy singular, así que cuando nació tu mamá, le puse ese nombre. Es una hermosa flor la anemone, aunque simboliza la muerte, para mí era algo especial y bello aunque teñido de desgracias, así que se lo puse —respondió Bell.

—Bueno, es extraño y único, supongo. —Tom intentaba distraerse por más que pensaba en Bill, se preguntaba cómo reaccionaría su abuela si le dijera que era gay y pues necesitaba ver si su novio estaba bien. Tragó saliva—. Uhmn, Bell —la llamó, no le decía abuela, y para ella estaba bien así.

—¿Sí, peque?

—¿Tú qué opinas de los homosexuales? —Tom pensaba que era una pregunta segura, y tuvo una remembranza de algo parecido; él tenía como nueve años y era una reunión de adultos, todos dejaron de hablar sobre los “maricas y machonas” cuando su tío Paul y Anis entraron en la sala, entonces Tom le preguntó lo mismo a su tío Paul.

Recién ese día comprendió que su tío Anis era realmente su tío, y no un amigo de la familia razón por la cual llevaba aquel título.

Bell rió.

—Verás, peque. No sé cómo te lo tomes, pero yo no creo en esos nombres, es decir, yo me enamoro de las personas, ¿sabes? Algunos me podrían llamar lesbiana, y podrían tener razón, pero yo una vez amé mucho a un hombre, y ese fue el padre de Mona —contó Bell. Tom parpadeó confuso, ¿su abuela era lesbiana?

—¿A ti te gustan las mujeres? —Bell rió y asintió.

—¿Y a ti los hombres, no peque? —Tom tartamudeó y vio a otro lado—. Oh, lo siento. Es mi gaydar, detecta cuando hay un gay cerca, aunque de todas formas no importa, porque las etiquetas son solo eso.

—Es que es verdad, soy gay —susurró Tom con las mejillas enrojecidas.

—¿Y? ¿Qué hay con eso? ¿Mataste a alguien? —Tom la observó, claro, sería imposible que ella dijese algo negativo, ya que era lesbiana.

—No.

—¿Y tienes novio?

Tom no dijo nada pero ese silencio fue tomado como un sí.

—Me imagino que Mona es como su padre, así que es un tanto homofóbica. Cuando Hans se vio con mi ex en una ocasión, pues decidió acabar con lo nuestro, y me alejó de Mona —farfulló Bell con una sonrisa triste.

Tom no sabía qué decir al respecto, claro, no imaginaba de otra forma a su abuelo.

—Pues el sábado mi novio y yo estábamos en el ensayo de una banda, de su amigo, y yo me fui un rato, cuando volví a buscarlo pues se había ido, no me contesta las llamadas ni tampoco está donde normalmente va, solo me faltó buscarlo en su casa, el problema es que como habrás notado, mi mamá no quiere que esté solo. Ni mi papá tampoco, entonces… no sé —soltó Tom frustrado.

—¿No sabes si pasó algo en ese lapso cuando te fuiste? —interrogó Bell. Tom frunció el ceño, sí, se había besado con Andreas, pero no lo veía relevante porque no lo habían visto y sería largo de explicar.

—Es una larga historia —musitó.

—Peque, aunque no lo creas he vivido muchas historias, no me importa tener una arruga más por oír otra —le sonrió.

—Es que tengo un mejor amigo, se llama Andreas, nos conocemos desde que teníamos cuatro años. Cuando cumplí once años conocí a Bill, fue mi amigo y todo genial, como que me hizo pisar el suelo, darme cuenta de cosas que antes ignoraba, salirme en parte de esa burbuja en la que me tenía mi mamá.

»Y no lo noté, hasta después, pero Bill me gustaba, y yo a él, solo que no me iba a tomar importancia, o ver de esa forma en ese tiempo porque tenía once y él dieciséis, así que no sucedió nada. Sin embargo, Andreas lo odiaba desde entonces. Por unos problemas, Bill se fue a una escuela militar; cuando tuvimos doce, Andreas notó que era gay, yo creía ser hetero así que bueno. Cumplí catorce, pasaron unos meses y Bill volvió, y tuve que asumir que era gay, porque Bill me movía el piso. A Andreas seguía cayéndole mal. Recién el sábado me entero que toda esa animadversión era porque le gusto a mi mejor amigo, ese día me besó, pero no pasó nada, digo, por la fuerza de la costumbre correspondí, no obstante, al notarlo lo empujé y ya.

Bell arqueó una ceja. —¿Y aun así dices que no pasó nada en ese lapso? ¿Y si Bill te vio? Sería entendible que se hubiese ido sin decir nada y explicaría el por qué no te responde las llamadas —caviló.

—Es que Bill es impulsivo, si hubiese visto el beso habría armado un barullo. Lo sé —explicó Tom.

—A veces hasta las personas más impulsivas del mundo al sentirse lastimadas se van como un gato a lamerse las heridas lejos —rebatió Bell. Tom frunció el ceño e intentó recordar ese momento, pero no podía, estaba de espaldas a la puerta.

“¿Bill en serio habría visto lo que había pasado?”, pensó.


Bill no dormía, no podía hacerlo, o quizá sí, quizá necesitaba una cura de sueño; dormir olvidándose de todo, y despertar con las ganas de vivir que al parecer se le habían arrebatado al querer regresar a su viejo cuarto, uno sin vida ahora, y pretender que estaba muerto, como el ambiente en el que estaba, como el recuerdo de su madre al nunca ir ni a limpiar esa habitación.

O tal vez era un recuerdo muy vívido, uno en carne viva por lo que dolía demasiado como para afrontarlo, escocía, supuraba, como fuese, era una molestia. Maldita memoria purulenta, él era una jodida memoria purulenta para su madre, Simone, que ahora no tenía el título de progenitora, uno que mientras Bill se intoxicaba con los cigarrillos le había quitado, ahora era Simone, la arpía que no había dado la cara por él cuando debía. La que le hizo crecer con cuentos de príncipes, princesas, brujas y demás obstáculos, sin embargo, no le contó que el verdadero final de esas historias incluían a príncipes que abusaban de las princesas, o princesas que se aburrían de los príncipes, que las brujas no solían ser tan feas y que a veces solo estaban pútridas por dentro, que los ogros en realidad pueden ser como príncipes y que a veces el mayor obstáculo es uno mismo.

El punto es que ahora Bill esperaba que Simone se largase para poder hacer ruido. Necesitaba hacerlo, era un recordatorio de que estaba vivo, apenas iba rememorando que tenía voz.

“Grita, grita, grita” pedía alguien en su cabeza. “Grita para que ella sepa que estás aquí, que necesitas ayuda”, decían. Y Bill no lo hacía, porque él ya no era un niño, tampoco un adulto, pero en definitiva no era un niño que necesita que lo arropen cuando va a dormirse, o que lo arrullen cuando tiene pesadillas. Con el tipo de vida que había tenido las peores pesadillas las tenía despierto, y se había habituado a dormirse por simplemente hacerlo, no se arrullaba, no podía. Su forma más efectiva de conciliar el sueño era intoxicándose con alcohol o haciéndose una paja.

Pero ahora ni las pajas le hacían perderse.

Cuando escuchó a Simone salir por la puerta principal, cerró los ojos con fuerza y se rompió a llorar, porque cuando nadie estaba presente él podía ser el maldito marica que todos decían que era.

Y gritó, gritó a todo pulmón, porque nadie lo escuchaba y eso estaba bien. Bill sentía que estaba bien, que un peso se iba de encima suyo al llorar. No solo se trataba de Tom, se trataba de muchas cosas que tenía reprimidas en el pecho, que se había tragado como lo hacía con las ganas de mandar a la mierda a la gente que lo lastimaba, con los que se burlaban de él, con los que se aprovechaban.

Ahora quería patear a Andreas, mandarlo al diablo, soltarle improperios hasta que se le quedase claro que Tom era suyo, lo único que desde hace muchos años podía proclamar suyo, y también quería gritarle a Tom, por tonto.

Aunque su cabeza seguía jodiéndole con lo otro. Que él era escoria, y que Tom se merecía alguien decente.

—¡NO! ¡NO! ¡NO! —chillaba con expresión ida y el cuerpo temblándole—. ¡ÉL ES MÍO! ¡SI NO ME QUIERE QUE ME LO DIGA!

“Nadie te dice las cosas a la cara porque te tienen miedo, Tom nunca te dirá que no te quiere, seguirá mintiéndote al decirle que sí lo hace, como todos los demás que anteriormente te han dicho ‘te quiero’”.

Se levantó como un resorte, buscó entre sus cosas y encontró su lápiz, se dirigió al baño. Se miró en el espejo y no se reconoció. ¿Cuántos días habían pasado? Sus raíces rubias se estaban notando ya (cosa que le hizo aterrorizarse), tenía ojeras, barba y lucía muerto.

No te quiere, solo te lo dice por lástima”.

—¡CÁLLATE! —exclamó y se tapó los oídos, dejando caer el lápiz y cerrando los ojos con fuerza, pero era imposible que dejase oír las voces en su cabeza, no era un maldito esquizofrénico, el problema es que esas voces las había creado con el pasar del tiempo al callarse y al recibir todos los tratos que le dieron.

Se apoyó en el lavabo y respiró por la boca. Se sentía cansado, necesitaba comer, dormir, necesitaba bañarse, afeitarse, volver a la vida.

Pero primero dormir, sí, necesitaba dormir. Se arrastró hasta su cama y se dejó caer sobre ella, otra vez el sonido de esas voces le aturdían. Se colocó los auriculares y puso en máximo volumen How to disappear completely de Radiohead. Cerró los ojos y tarareó la música hasta quedarse dormido.


Dunja estaba desesperada. Había tenido que pedir unos días en la escuela porque no había quién cuidase a los niños, y maldición, Bill no aparecía, y le llamaba pero nunca contestaba. El plus estaba en que Lilith se había enfermado, y ella no sabía qué hacer, el doctor había dicho que no tenía nada físico, pero su pequeña lloraba, no quería comer ni dejar la cama.

Tim se preocupaba también, y a veces cuando su hermana lloraba, él no podía evitarlo y terminaba uniéndosele. El médico había dicho que probablemente extrañaba a quién le cuidaba, que los niños sienten la ausencia de alguien y pues que se estaba exteriorizando de esa manera.

Así que cuando los mellizos soltaban lágrimas, Dunja también lo hacía, porque no lo soportaba y se sentía una madre inútil. Aparte que no había quién le cuidase a sus pequeños, y si no encontraba pronto a alguien, la despedirían.

Abrazó a la morena y al rubio, apretándolos fuertemente contra sí. Ni siquiera cuando lo buscó en la salida de la escuela encontró al chico, vio a su amigo, sí, sin embargo, cuando le habló al respecto, se mostró triste y dijo que no lo veía desde el sábado de la semana pasada, y ya era viernes en la noche.

Cuando Lilith le vomitó encima y se puso a chillar de nuevo, Dunja se la llevó al baño intentando no alterarse más. Luego tendría que bañar a Tim porque también se había ensuciado.

Se preguntaba por qué le pasaban esas cosas a ellas. Y también se cuestionaba dónde diablos estaba su niñero y por qué se había ido sin avisar.

Mientras le limpiaba la boca a su hija, repitiéndole que todo estaba bien y que no había hecho nada malo, a pesar de que la morena lagrimeaba entre hipidos, maldijo a Bill por ser como su marido e irse cuando las cosas se ponían difíciles.

“O quizá ser la razón por la cual las cosas se ponen difíciles”. Si se trataba de eso, Dunja ya sentía que entonces su vida era un jodido círculo vicioso del cual quería salirse, pero sin notarlo, simplemente seguía los pasos que la dirigían hacia dentro del ciclo sin fin otra vez.

11 comentarios:

  1. WOAO! Me encantó Georg en este cap, por fin alguien le dijo las cosas como son a Andy. Ahora solo falta que alguien busque a Bill le explique las cosas y san se acabó, es que no soporto que estén sin hablarse y enserio pobre Bill, me da mucha pena todo lo que le pasa.
    La abuela es genial! pffff ya quisiera tener un familiar, al menos uno con esa mentalidad. Espero que la dejen quedarse muuuuuuucho tiempo en la casa de Tom así al menos tiene alguien que lo comprenda y que sea su cómplice ;)
    Pobre Dunja enserio que ya Bill regrese a trabajar XDDDD yo he sido niñera y se lo que se siente todo eso, a veces los niños terminan estresandote peroooooooooo ya se verá...
    Genial el cap, ahora si espero que no demores mucho por favorrrrrrrrrrrrr nop aguanto la espera, ahhhh y quería saber si ya prontito vas a subir cap de En lo profundo????????? cuando la leí me quede prendada de la historia y eso que pensaba que no me gustaba el cambio de sexo perooooo ya ves hehehehe...

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  2. Ok, no tengo mucho que decir... solo que quiero reconciliacion, por fis!! Bill esta tan malote que da penita, y el imbecil de Tomcaradeniña es un imbecil (?) ok, emmm pues, eso quiero recinciliacion jejejeje eso bye!
    por cierto, soy Marihe De Kaulitz jujuju no me gusta mi nombre completo ;)

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  3. Georg! Sos mi idolo!! Andreas maricón -_- Me caes en la punta de los ovarios -_____-

    No mames! Su "gaydar" ajajajajaa te la volaste con eso Nadir! Jaja xDD
    Bell, me caes bien, de ptm, tu tambien sos mi idola! :3
    Bill... Bill... Billobear... Siento pena por probecito Billo ;---; No me gusta verlo así :/ Lo prefiero de valemadres ;--; Solo espero que todo se arregle pronto. De verdad espero que si, odio verlos tristes :(

    Vaya, si que tenias razon acerca de tu forma de escribir Playa... Espero que sigas así ;D

    Saludos! Espero con MUCHÍSIMAS ansias el proximo :3

    Besos~

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  4. Georg eres un AMOR:3 le dijo a Andreas sus verdades más temibles(? xD lo adoré,le haré un altar y bailaré alrededor del altar gritando:¡BANZAI GEORG! XDD nada más falta que le diga a Bill que paso y asunto arreglado :D
    Bell,te adoro:3 es que,fue tan clara,yo quiero una abue así >w< xD y es que,estoy con Bell,Anémona es homofóbica, la wey no quiere admitir que su hijo es toda una mariposa rosada que vuela por la pradera (? xD
    Bill,enserio te entiendo ;_; es bueno que gritarás todo lo que te tragabas,me sentí mal por Bill,es no sé,muy feo que sientas que algo en tu interior te diga lo contrario a lo que piensas.Animo Bill,y Towi cara de nena ¿donde mierdas estas? tú Billobear esta mal y tu wey como si nada,eres un tonto,cara de niña en pleno desarrollo(? xD
    Pobre de Dunja la pobre no tiene la culpa,pero pues que hace ella,los nenes extrañan a Billobear y pues ella yo creo que tiene ganas de tirarse por una ventana(? no sabe que hacer,espero que Bill regrese con los nenes,así Dunja deja de estirarse los cabellos XD
    Me gusto :D espero que este Towi se arregle con Billobear, y que el mundo de caramelo(? vuelva a ellos XD
    Espero con ansias el próximo :3
    Adios,saludos:3

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  5. ¡Eso, Georg, hazlo mierda, por gandalla! ¬¬ xD
    Me mató de risa lo del gaydar LOL. Una amiga una vez me dijo algo parecido, sólo que no utilizó esa palabra xDD

    ''-Yo sólo quería ser popular-'' lalala xDD

    Siento que Bell es como una cierta versión femenina y mayor de Bill, no sé xD. Me agrada esa mujer. Ashí sheremosh de viejitash .w. xDD

    ''cerró los ojos con fuerza y se rompió a llorar, porque cuando nadie estaba presente él podía ser el maldito marica que todos decían que era. '' Been there .-. Y creo que, aunque las razones no sean las mismas ni en el mismo grado, debo confesar que tengo una ''manía'' por tener siempre el cabello de otro color que no sea el mío, dunno ._., pero me molesta bastante mi color natural pff.

    Me trolleaste con eso que dijiste ''como cinco años'' xD, pensé en lo peor jaja. Una semanita nada más LOL. Pero pues creo que para ambos se ha hecho eterno.

    A pesar de que sí está largo el capítulo, se me fue rapidísimo O__O Recordé ''interpretando a Liszt con el teclado de la pc'' xDDD Desde mi perspectiva, se escuchó épico LOL

    Pues sin más, me encantó.
    Te quiero, besitos! <3 *3* xD

    MARICONADA UKENIAAAAAL xDDD

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  6. Yisus :c pobre Billi :c aklsjfl pinche abuela XD pensé que iba a ser alguien que le debía dinero a la anémona o algo. Andreas es puto c: y amo a Georg♥ El Georg de acá pues xd

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  7. Nadir, Nadir tú me haces odiar a personas que no existen !! >:C cómo sea, me gustó Georg pero no para amarlo xD por fin alguieeeeen le paró los carros a Andreas, puto!! y por fa que Bill pronto chicotee los caracoles y se deje de pendejadas :D Excelente capítulo, quiero otroo right now!! DD:

    Melissa

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  8. Primero correré en círculos y después trataré de detenerme el tiempo suficiente para decirte así de corrido que no había pensado en Dunja en absoluto creo que es el único adulto que me cae bien y que estoy segura que Simone va a encontrar a Bill no sé por qué ellapizcofcofcof bueno y Bell también me cae bien pero ella no cuenta como adulto tampoco y que Tom sigue igual de sonso pero que tuve que correr como moppet cuando salieron Anis y Paul fdsgsdf y que amo esa canción y que te detesto por hacer que me acuerde cuando me dio depresión y por hacer que Bill me guste tanto *se va a correr en círculos*

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  9. Woo, hace mucho que no te comento ^^U
    ¿Qué onda con Bell? Es la abuela más cool, ¡¡yo quiero una así!! :D
    Y Tom, espero que ahora vaya a buscar a Bill antes de que ese bobo haga alguna tontería, no quiero que vuelva a lo de antes :/
    Respecto a Anémona, siento pena por ella. Su padre la alejó de su madre y él es culpable de cómo ella actúa sobre Tom. Ahora entiendo todo u.u Si tan solo Bell hubiera podido permanecer junto a ella las cosas serían diferentes...

    Y Andreas, por un lado quiero que Bill vaya y le rompa la cara. Pero por el otro es un crío que no tiene idea de la vida. Con que se quede callado y no vuelva a molestar me conformo (Y)

    En fin, gracias por etiquetarme en face :D Leo siempre aunque no comente ^^U

    ¡Abrazo giganteee! \(._.)/

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  10. Hola, bueno no había comentado porque no soy buena para eso :B si, era una lectora fantásma hasta ahora, puedes matarme(? xd

    Eh, solo decirte que me encanta como escribes, es taaaan realista, haces que quiera leer y leer más! en fin, eres genial en la escritura *-*

    Okay, pasando a la historia... es hermosa.! desde sus comienzos hasta este capítulo *O* Dios, Bill.. es genial, aunque odio a su puta mamá por ser como es, así como a Anémona hace que quiera arrancarme los pelos de la cabeza >.< como sea, todo tiene un porqué (sobre sus actitudes).

    Saludos, eres genial :DD

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  11. Oh Georg!!! por fin alguien le dijo las cosas en la cara a Andreas, ashhhh te odio tonto niñato de mierda, como le arruinaste la vida a Bill, desgraciado aaaaaaaaaaaaaa me encanto el cap. me recuerda tanto a mi.....

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