miércoles, 10 de abril de 2013

Viñeta: Para siempre.

Sé que debo escribir el regalo de Aliss, pero tenía este pendiente en mis archivos y estuve de ánimo para terminar este. Es un regalo para Kath, mi mejor amiga, porque ella me pasó un vídeo (que perdí el link), donde una niña le decía a otro niño, tendrían seis o siete años, que se iban a casar, y el mocoso armó un escándalo porque no quería casarse. Fue chistoso. Los gemelos aquí tienen siete años.

El ring pop es esto (click). ¿No los han comido? ¿Fui la única? xD.



Título: Para siempre.

Autor: kasomicu.

Rated: PG.

Categoría: Slash.

Género: Comedia.

Advertencia: Twincest.

Resumen: Las películas dicen que casarse es un requisito para que puedan vivir felices para siempre.

Disclaimer: Las personas reales no me pertenecen, lo que hacen durante la historia y la trama de ésta sí. No se busca ofender a nadie con esto.

Capítulo único

Bill había ido a comprar un chupetín y venía lamiéndolo, tanto que sus labios estaban algo hinchados y rojizos por el colorante artificial; cuando regresó, Tom acababa de ver una película, y abrazó a Bill, el cual le metió en la boca su caramelo para animarlo.

Su padre hacia unos meses se había ido, y sabían que era para siempre; así que Bill escribía en su cuaderno poemas que junto con su hermano le daban melodías imaginarias haciendo soniditos con la boca o con lo que tuviesen a mano. Bill lloraba y Tom también, así que Bill no hacía preguntas, solo quería que su gemelo se pusiera bien.

Tom se alejó ahora sujetando el palo del dulce, y limpiándose la nariz con la manga de su ropa.

—Vamos a casarnos —sentenció Tom. Bill frunció el ceño y le dio un empujón.

—No.

—No te pregunto, Bibi, nos vamos a casar porque sí —dijo Tom, con la expresión determinada.

—¡No quiero casarme! —renegó Bill, intentando recuperar el chupetín, y consiguiendo que Tom le pusiese la mano en el rostro, para mantener la distancia y así no le quitara el dulce.

—¡Sí lo vamos a hacer! —exigió Tom, ahora apretándole la cara a Bill, consiguiendo que se arrugase, Bill lo imitó.

—¡Noo! ¡Noo! —chillaba y chillaba más alto. Bill no se quería casar con Tom, no cuando casarse significa terminar como sus padres.

Pero Tom sí quería casarse con Bill, porque en las películas de la televisión siempre decían que tenían casarse y vivir para siempre felices y juntos. Era algún requisito el que tuvieran que casarse.

Bill seguía aplastándole la cara, moviendo las piernas para intentar golpearlo, y Tom había botado el palito porque más lo lastimaba que otra cosa. Así que Tom masticaba el dulce ahora, con el ceño fruncido y peleándose con su hermano.

—No importa lo que digas o hagas, nos casaremos —dijo Tom aún con la mano de Bill deformándole la cara, y sus ojos se estaban humedeciendo de nuevo.

Bill sabía que a Tom no le gustaba llorar frente a otras personas, no desde que en la escuela habían arruinado su trabajo y se burlaron de él cuando de la frustración, se puso a lagrimear. Claro, luego habían golpeado al otro niño y recibido una detención, sin embargo, la idea ya estaba clara. Nunca se podía llorar frente a otras personas, ellas no comprendían, y podrían aprovecharse de ese momento en el cual uno está tan mal que suelta mocos, y no los de gripe. Así que algo iba mal, pero era un niño pequeño que también se sentía abrumado con la idea de que terminaría separándose de su gemelo y hablando como dos desconocidos si se encontraban.

—¡NO! ¡NOO! —gritaba Bill, bizqueando al intentar mirar fijamente la mano de Tom que estaba en su rostro, quería morderlo, Tom leyendo sus intenciones lo mordió primero—. ¡Ouch!¡NO QUIERO CASARME, MENOS CONTIGO!

Tom lo mordió más fuerte y luego lo soltó, boqueó sin lograr soltar lo que quería decirle, apretó su mandíbula y posó sus manitas sobre su propio rostro, apretándose las mejillas, moviéndolas mientras salían las lágrimas con más fuerza. Hipaba y Bill sentía todo, porque estaba siempre ese aparato invisible, ese que le permitía entenderse sin hablar, o sin hablar en el idioma de mamá, era como un teléfono, ellos no sabían con exactitud porqué lo tenían y el resto no. Pensaba que la gente debía estar muy triste si no tenían un gemelo que venía con ese aparato.

Bill abrazó a Tom, y también se puso a llorar, percibiendo la ansiedad dentro suyo, aunque a su edad él no sabía que lo que era un ataque de pánico o de ansiedad.

“No te golpees, pégame a mí”, pensó Bill lo suficientemente fuerte como para que hiciera eco en la mente de Tom, y sujetó sus manitas poniéndolas sobre sí mismo. Tom temblaba, y Bill también.

—No entiendes —soltó Tom con la voz chiquita—, o simplemente tú no… me quieres…

—Yo sí te quiero, mucho. Más que a las gomitas, más que a mamá —aclaró Bill, sintiendo cómo su pecho dolía.

—Si me quisieras te casarías conmigo, para vivir felices por siempre —respondió Tom con seriedad, su rictus descomponiéndose.

—Yo no quiero que terminemos como mamá y papá.

—Yo no soy como ellos. Tú tampoco, somos diferentes, y cuando personas que se juntan amándose por siempre, nunca se separan. Es bonito, Bibi, y es un requisito para nunca separarse —explicó, arrullándole el sonido de los latidos de Bill, si se concentraba en ellos podía tranquilizarse.

—¿En serio? ¿Nunca te separarías de mí? ¿Nunca, nunca? —preguntó Bill, calmándose porque Tom se relajaba—. ¿Así arruine tus coches? ¿Así me enoje porque me vomitas encima? ¿Así tu gato no me quiera?

—Soy tu gemelo, debo soportarte con todo y tus fallas. Así seas un tonto —musitó Tom. Bill apretó más Tom, y ambos se sentían como si estuvieran en un capullo, como cuando estaban en el útero, aunque ellos no entendían bien de eso aún.

—Entonces un día nos casaremos —decidió Bill.

—Pero sin vestidos, ew.

—¿Cuándo seamos grandes?

—Sí, aunque ya estamos comprometidos. Me tendrás que comprar un ring pop —exigió Tom.

—Te lo comerías en un instante —se quejó Bill, ahora viendo a Tom de frente.

—Entonces me comprarás muchos, no te quejes, que cuando me dan mi mesada yo compro tus gomitas, ¡y la mayoría te las comes tú!

Siguieron gritándose, y quejándose, aunque dentro de poco lo olvidarían, como mayormemente olvidaban sus peleas sin importancia. Sin embargo, de su memoria no se borraría la promesa de matrimonio y su compromiso. 

5 comentarios:

  1. Qué tierno. Y lo del ring pop *-* qué detalle bonito.

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  2. hasgdjgkfjfa demasiado lindoooooooooo!!!!!!!!!!!!!! awwwww me hizo suspirar *o* escribes muy muy muy muy lindo! y genial... :D Ese Tomiiiiiiiii me mata!! y Bill con que no se quiere casar XDD yo vi el video hace tiempo XDD es muy gracioso hehehehe

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  3. Simplemente 'Awwww', muero de ternurita, ya sabes, esto fue tranquilo y tierno lo amo. Gracias por hacerlo. e.e K.

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  4. Después de leer algo tan oscuro como "Cruento", me encuentro con esta ternurita,que me hace decir ahhhhhhhhhhh!

    La inocencia de dos niños que vivieron una experiencia tan triste como lo fue el divorcio de sus padres y al mismo tiempo la visión que tienen cada uno de ellos respecto a eso: Un Tom que ve en el matrimonio la culminación de su felicidad junto al ser que ama y por el otro lado a un Bill que es más realista y compara el matrimonio con el fracaso de sus padres, que es la experiencia más cercana sobre ese tema y por eso se comporta tan renuente a "casarse" con Tom, para evitar pasar por ese trago amargo.

    Al final, el amor de dos seres inocentes triunfa con esa promesa de amor. Hermosa visión, lo ame, lo ame. Qué lindo haber leído algo así.

    Adriana.

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  5. Quiero un ring pop *w* ¡Mi infancia!

    Demonios, hoy ando con pocas palabras, tengo que exprimirme para que me salgan.

    Me gustó el detalle del capullo. Recordé In Your Shadow (I Can Shine). Se comprometieron tan pequeños, qué cosa tan hermosa.

    Tan irónico, no me gustan los niños, pero me encanta leer cuando son niños. ¿Será solamente por ellos? En fin.

    Ya no sé qué más decir. Quiero, pero nada sale ;-;

    Besitos gays *3*. Te quiero <3

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