sábado, 23 de febrero de 2013

Fic: Catorce. Capítulo 17: Madres.

Bueh, ¡al fin acabó la etapa de sequía! Tenía un bloqueo que no saben, me puse a ver películas, escuchar música, incluso vi televisión y nada, ¡qué horrible y deprimente es no escribir! Pero pues me he levantado como a la una de la madrugada, me he cocinado una sopita (es que no había comido ayer), y en eso prendo la laptop, tenía sueño, sin embargo, escribí y terminé el capítulo, y hasta sentido tiene. LOL. Eso no me quita que tengo líos con el futuro de mi historia e.é.

Son las nueve de la mañana en mi país, para que sepan xD. Sí, sigo despierta desde la una de la madrugada.

Este capítulo nos muestra una madre diferente, desde Simone, a Marie, a Bell, menciones de Anémona... digo, yo trato de hacer lo más realista que puedo a mi historia, y cada una no es perfecta, pero es madre. Yo tengo un respeto grande con las madres, y soy de las personas que pueden meterse conmigo, insultarme y me afectará pero no haré nada, otra cosa es si se meten con mi mamá... en ese momento me convierto en Hulk, en serio, mi mamá es sagrada.

Igual, no justificaré los actos de las madres, no obstante, podrán hacer una comparación en cada una y así, ver sus hijos y todo eso.

Y y y y tengo mamitis. Nadie quería saberlo xD. ¡Ah! Lo de los zapatos de las enfermeras, son unos blancos y hay de diferentes materiales, mi mamá los usa y suenan raro xD. Ya, eso es todo *w* dejo interrogantes y detallitos que espero noten, se verá pronto. ¡Y! Mi Lunita bella sabe que se viene su premio del concurso, ella pidió un capítulo donde los tíos de Tom, Tom y Bill estén juntos, o sea que se vean... buajajaja ya.

Lo que está en  itálica son los diálogos a través del teléfono, siempre lo he usado, pero por si no lo notan. 



Capítulo 17: Madres.

Bill iba a subir por la pared para entrar por la ventana a la casa de madre, pero estaba cansado. Así que se puso a tocar la puerta. Sin embargo, recordó lo que solía hacer Simone en caso de que se olvidase la llave, ponerla en la maceta de al costado de la entrada. No era algo muy seguro, en opinión de Bill, no obstante, la gente solía buscar bajo el tapete; también se percató que si uno tiene maña, así esté con toda la seguridad del mundo podría entrar.

Cuando ingresó vio la luz de la cocina prendida. Fue a apagarla pero notó que la pelirroja estaba sentada y dormitando con la cabeza sobre la mesa, había muchos papeles por doquier.
También se percató de que Simone había bebido, no mucho, no obstante, olía, pero no le prestó importancia. Bill no era precisamente alguien que podría predicar con el ejemplo, aunque hace mucho que no bebía.

Revisó los papeles, algunos eran sobre un internamiento en el pabellón de un psiquiátrico; Bill recordaba las palabras de su padre contándole que había tenido que meter a Simone allí por una semana, algo en su boca del estómago le molestó, pero al parecer no era eso lo que la mujer buscaba. Todo lucía como si en un principio habrían estado anexados con grapas. Lo reafirmó cuando vio las hojas algo arrugadas que había allí, sobre opciones de estudio. Frunció el ceño.

Bill sabía que su madre no tenía estudios, solo lo básico, primaria y secundaria. Al salir de la escuela ella ya andaba con su padre y vivieron juntos. Cuando Simone cumplió diecinueve años ya iba a dar a luz a un bebé. Intentó no pensar en ello, sin embargo, su progenitora ahora trabajaba, ¿se daría tiempo para estudiar recién? Se leyó los documentos que decían que la mujer tenía que mantenerse ocupada. Y como ahora no trabajaba le ofrecían opciones de universidades y becas.

Zarandeó a Simone sin demasiada fuerza a su criterio, pero igual la despertó asustada. Bill era algo torpe.

—Bill, ¿Bill? —exclamó la mujer ahora despabilándose.

—Madre, el señor zimmerman de nuevo me dio otra charla, ya es cansino. Así que no te sorprendas que haya venido con todo y mis cosas —dijo Bill, alzándose de hombros. Simone sonrió y se levantó para apretarlo entre sus brazos.

—Ay, mi hijo, no sabes lo feliz que me haces —exclamó llorosa, con la nariz rojiza, por haber bebido brandy, y las mejillas también. Bill no respondió al gesto, y a su madre no le importaba, porque su Bill era así, el que la dejase tocarlo ya era un avance.

—¿Y si te das una ducha para relajarte? —propuso Bill cuando la mujer se alejó, ella negó con la cabeza.

—No estoy tan mal, lo siento, debo… tratarme. No, no me refiero a esto —señaló la mesa, algo avergonzada, porque su hijo había visto sus papeles de cuando estuvo internada—. Prefiero no hablar de ello, Bill.

—¿Hablar de qué? ¿De qué volverás a estudiar? Porque quiero enterarme. —Bill podría ser lento en algunas ocasiones, quizá distraído, pero no era idiota, sabía de lo que su madre hablaba, solo que él no mencionaría nada de ello, no cuando sabía cómo era de reservada, sin contar que fue algo difícil, bien sabía Bill.

Simone notó el cambio de tema.

—No estudiaré, Bill, al menos no lo tengo planeado. Soy buena en mi trabajo, y es a lo que me he habituado. Los estudios nunca han sido lo mío, sin embargo, tú eres diferente —farfulló yendo por agua.

—Oh, por favor, ahórratelo —soltó Bill para luego chasquear la lengua.

—Bill, no me malinterpretes. Vamos, sacas sobresalientes cuando quieres, eres muy inteligente, pero ese no es mi punto, sino que hay muchas opciones para estudiar, entre las cuales está una universidad que enseña Artes plásticas —comentó Simone, ahora bebiendo del vaso y mirando a su primogénito—. ¿Te vas a pintar el pelo? Que se te ven las raíces.

Bill frunció el ceño, boqueó, y después rió.

—Dios, madre, solo tú puedes soltarme esa información y luego hablar algo abismalmente distinto —sentenció Bill, pero la dama ya estaba a su lado dándole un golpe en la cabeza, muy leve.

—Que eres ateo y hablas como creyente, Bill, por favor.

—Joder, ¡má, ya! No soy un crío —se quejó, pero no estaba enojado. En algún sentido, le hacía sentir bien tener conversaciones con Simone, aparte le ofrecía estudiar.

—Ya sé, ya sé, si estás todo grandote. ¡Y seguirás creciendo! Pfff, ¿qué me dices entonces? —esos ojos iguales a los suyos le miraban anhelantes, Bill se rascó la nuca.

—Mi empleo no me da tanto dinero…

—Las becas, hijo, las becas. Si te admiten después de las pruebas que tienes que dar por veinte días, pagarás menos, y no estoy pintada, Bill Kaulitz Strauẞ, soy tu madre y te ayudaré. Sé que tienes muchos errores, Bill, que para qué negarlo, me molestan, pero eres mi hijo, y no quiero perderte. No seré alcahueta, no obstante, te respetaré, creeré en ti. Tenemos mucho que hablar, Bill. —Bill rodó los ojos, y asintió desinteresadamente, Simone sonrió y le dio un beso sonoro en su mejilla.

—Ay, no, madre, no empieces con estas mierdas, no tengo cinco años —musitó Bill, alejando a la mayor, y haciendo amago de que se limpiaba el rostro, pero sin hacerlo verdaderamente. Simone le dio un golpecito en su hombro.

—Está bien, señor adulto con diecinueve años, que por cierto, cumples veinte pronto, así que debemos pensar en qué haremos para el señor adulto. Uhmn, ¿una tarde de fumar puros y beber coñac? ¡O ya sé! Podríamos escuchar jazz, jugar bingo y hablar sobre las enfermedades que nos vienen por la edad. ¿No es algo tentador? —ofreció Simone en obvia chanza.

—¿Si estás consciente de que la mayor aquí eres tú, no? —alzó una ceja.

—Sí, lo sé. Pero no soy una aburrida, antes me mataba trabajando, y te descuidé mucho, pero podríamos ver películas ese día —movía las cejas insinuante—, anda, ¿qué me dices de una maratón de buenas películas?

Bill se quedó por un momento pasmado y luego le molestó el pecho; al recordar que solía ver películas con su madre y su padre de pequeño, y todo era tan calmo en esos momentos, Gordon preguntaba a veces, pero nadie gritaba a nadie, nadie golpeada a nadie, podían jugar a ser la familia feliz. Con el divorcio, su madre le llevaba al cine una vez por mes, o cuando lo hacían en casa era por feriados donde veían varias películas, madrugándose incluso. Luego Simone estaba demasiado cansada como para hacerlo.

—¿Donde veríamos Taxi driver y La naranja mecánica?

—La pregunta ofende. Evidentemente sí, y te haría un pastel, si es que no estás muy adulto como para recibir uno —bromeó Simone, dejando el vaso en el lavadero.

—Tsk, está bien. Pero… uhmn tengo novio —la pelirroja asintió—. O sea debo verlo ese día, o algo. Creo que no tiene idea de cuándo es mi cumpleaños.

—Deja que entiendo un poco esto, ¿eres bisexual, no? Tu padre me dijo que eras gay. Pero el otro día me dijiste unas cosas…

—Soy bisexual, sí. Pero mi novio es hombre, vaya, sonó muy estúpido. —Simone se sentó y lo miró.

—Te diría que lo traigas, no obstante, tendría que ser un día dedicado a que me lo presentes.

—Igual a él no le gusta mucho las películas, es más de leer —musitó Bill. Su madre no sabía de James, solo conoció a Ana, y fue algo casual, no buscado, pero Once era asunto serio.

—¿De leer? Vaya. —Simone abrió un poco de más los ojos, se imaginaba que debía ser alguien de su edad, o un poco mayor, la idea la perturbaba, para qué decir que no.

—Seh, pero ya, estoy cansado, madre. Y tú muy parlanchina, así que mejor la cortamos y cada uno se va a dormir —exclamó Bill, desperezándose y bostezando.

—¿Y dónde estuviste todo este tiempo, uh? —cuestionó Simone como quien no quiere la cosa, el asunto es que fue muy obvio que evadió su proposición.

—En casa de mi novio. —Simone rió nerviosa por el tono que usó su hijo—. Y ya, me cago de sueño.

Dicho aquello Bill se retiró y la pelirroja soltó un suspiro, al menos lo tenía en casa.


Tom estaba soñando con besos húmedos, luces tenues, y su cuerpo frotándose contra el de Bill, y hacía mucho calor. Podía casi respirar su aroma, oírlo gruñir, pero de pronto un sonido hizo que todo se desvaneciera.

El de rastas rumió improperios mientras se tallaba los ojos, el ruido seguía y su mente se mantenía aletargada, por lo que no sabía de dónde provenía, una luz parpadeante lo alertó y cogió el móvil, ¿quién le llamaría a esa hora? ¿Bill de nuevo con su hábito de llamar como privado?

Notó que el nombre no era de Bill, ni número desconocido, contestó de inmediato cuando comprendió de quién era.

—Tío —musitó Tom a modo de saludo, con la voz gangosa. Se escucharon risas del otro lado, estaría en altavoz.

Tom, lo siento por llamar a esta hora, te comentamos que habíamos venido por trabajo y eso implica muchas reuniones, aparte que no dormimos muy temprano que se diga —se disculpó Anis. Tom asintió aunque era consciente de que no lo veían.

—Sí, no te preocupes, tío.

Bueno, te prometí que nos veríamos seguido, y pues quiero fijar cita para hoy en la tarde. Paul dice que si quieres llevar a un amigo, lo hagas —comentó Anis. Se podía oír claramente el “dije novio” de Paul.

Tom se aclaró la garganta y se sonrojó, por suerte no lo veían.

—Tendría que avisarle para que nos acompañara, espero que no esté dormido —respondió Tom. Un “sabía que ya tenía a alguien” de Paul también se escuchó; seguido de un “cállate” de Anis que consiguió que, en efecto, su otro tío no dijese nada, y es que hasta la piel de Tom se escarapeló con el tono empleado.

Tom, quedas avisado en el transcurso del día te enviaremos un mensaje de texto diciéndote la hora porque iremos por ti, ¿ok? —Tom de nuevo asintió y luego barbotó una afirmación, sintiéndose algo extraño después de la llamada.

Debía llamar a Bill, porque si sus tíos decían que lo verían, sería en cualquier momento, a pesar de que mencionaron que la reunión se daría en la tarde, podrían cambiar de opinión, y Tom no quería que ellos se llevasen una mala impresión de Bill. Suspiró y presionó marcado rápido.


Bill estaba durmiendo, a pierna suelta y como hacia mucho no lo hacía. Y es que Bill podría decir lo que sea sobre los malos ratos que pasó en esa casa, o que tuvo que pasar cosas terribles sin quejarse, que estuvo noches en diferentes colchones, pero nada se comparaba, por más que él caía dormido donde sea, a dormitar en su cama. No era lo mismo, porque él ya estaba más grande, poco importaba, era la jodida gloria estar ahí, y él lo sabía.

Roncaba, bueno, no era novedad, se enredaba con las frazadas, o a veces se descubría, estaba solo en bóxers y sentía el airecito. Era perfecto. Hasta que su celular sonó, y él dio un brinco y lo contestó como autómata.

—Aquí Bill —bramó, con la cabeza latiéndole, los ojos nublados, los músculos adormecidos y la lengua como si hubiese lamido cemento y se hubiera paralizado un tanto.

Hola,  Bill, lamento despertarte —se disculpó Tom. En otra oportunidad, Bill habría sonreído, le hubiera bromeado, o regañado por levantarlo, o simplemente responder como idiota, porque era otro Bill con Tom, pero ahora estaba medio dormido. Así que estaban cerrándoseles los ojos—. ¿Estás bien?

—Sí, sí —contestó Bill, sin saber a quién le hablaba, ni nada, todavía en los brazos de Morfeo.

Ok, es que llamaba para decirte que mis tíos quieren vernos más tarde. Así que es muy importante que estés ahí, si pudieras venir temprano aquí —pidió Tom, mordisqueándose el labio.

—Sí, sí —repitió, para después soltar un ronquido.

Bill, ¿me estás escuchando? —cuestionó Tom mientras fruncía el ceño.

—Sí, sí.

Bill, te acabo de oír roncar —reclamó Tom. Bill estaba babeando ya—. ¡Bill Kaulitz, escúchame cuando te hablo!

El moreno dio un bote y abrió los ojos de golpe, soltando improperios a diestra y siniestra. Cuando notó que lo que casi lo deja sordo fue el celular, y vio que aparecía el rostro sonriente de su novio en la pantalla (y no era el de su fondo de pantalla, sino el de una llamada), volvió a ponerse el teléfono en el oído.

—¿Qué hubo? ¿Qué pasó? ¿Por qué carajos me llamas a las tres de la mañana? Dime que alguien murió, dímelo, si no es el caso, te voy a perforar los pezones con un alicate —soltó Bill.

Tom tragó saliva.

Ehmn, no, es que… te estaba hablando y tú estabas dormido, no me oíste nada —se quejó el rubio.

—Lo siento, qué falta de educación la mía, olvidé la etiqueta de las llamadas telefónicas y que me cago en todo. Ya habla, joder, van a ser las tres de la mañana, y mis horas de sueño son sagradas, ¿sabes cómo me comporto cuando no duermo?

No sé.

—Pues imagínate a una tía que le vino la regla de muy mala forma, así terrible, que le vino irregular, y tuvo que correr a comprarse los tampones, pero no habían tampones en la puta farmacia. Entonces que se va a otro sitio, y tiene todo jodido ahí abajo, si me entiendes…

¡Eww, Bill, ya! No hace falta ser tan explícitos —farfulló Tom, maldiciendo su imaginación fértil.

—Pongámoslos en otras palabras, estaría muy arenoso, con demasiada arena en mi vagina, a un nivel tal que podría formarse una playa. Y despotricaría contra todos frente a la más mínima cosa. —Su novio no era fácil de por sí, así que Tom se hacía una idea de a qué se refería.

Bill, no tienes vagina y ya, comprendí. Lo lamento, es que mis tíos me han llamado hace un rato y dicen que quieren verme, y me pidieron que vaya contigo, lo pusieron de forma opcional, pero los conozco, sé que eso es prácticamente una orden. Son algo difíciles así que tienes que venir dentro de unas horas a mi casa, por favor —suplicó Tom, empleando un tono que se oyese lastimero, para que a pesar de que no pudiera verlo al rostro, de todas formas se imaginase los ojitos se cachorro que estaba poniendo, y en efecto eso pasó.

—Ah, joder, Once, no solo me levantas, sino que quieres que… está bien, por la puta madre. ¿A qué hora quieres que vaya? Y oh, lo olvidaba, no te va a salir gratis, lindo.

¿A qué te refieres?

—Luego te digo, ¿a qué hora?

A las nueve de la mañana. —Tom se figuraba que su novio no hablaba de dinero, ¿le pediría que le preparase galletas o algo así?

—Mierda —susurró Bill, ya le dolía el pensar levantarse así de temprano para poder llegar a esa hora.

Gracias, Bill, ahora debo descansar…

—Descansa mientras puedas.

Tom pasó del tono de amenaza de su novio, porque sabía que si bien podría ser indeseable, violento, agresivo, para muchos, con él era hasta dulce (en un sentido muy bizarro), y le colgó.
Bill puso su despertador del móvil a las ocho y se cubrió con la frazada.


Andreas estaba en su laptop, preparando la canción para volverla cd, ya había grabado la música con su guitarra y había cantado, ahora simplemente lo retocaba en su ordenador, ya eran como las seis de la mañana. No era de levantarse temprano en vacaciones, pero quería terminar con ese asunto ya.

Escuchó las zapatillas de su madre, las cuales tenían un sonido especial porque eran de enfermera, y se giró para verla en el umbral de la puerta de su cuarto.

—Buenos días, má —saludó. Marie se acercó y le besó la frente—. Eww, má.

—Yo también te quiero, cariño —dijo Marie sarcástica por el recibimiento de su segundo hijo—. ¿Qué haces en la máquina tan temprano?

—Cosas —respondió Andreas, alzando un hombro, restándole importancia. Marie arqueó una ceja.

—¿No estarás viendo páginas para adultos, no?

—Ay, madre, ¿en serio me preguntas eso? ¿Por qué no vas a fastidiar a Georg? —soltó Andreas, incomodándose, Marie rió.

—Georg está dormido, bebé, Anémona me dijo que no fuiste al cumpleaños de Tom, ¿pasó algo? Pensé que eran novios —preguntó Marie con genuina preocupación, Andreas se puso más pálido de lo habitual. ¿Su madre sabía que él estaba interesado en Tom? Giró en su dirección, viéndole los ojos idénticos a los suyos, y con la boca semiabierta.

—¿Tú sabías lo que siento por Tom? —la castaña bufó y rodó los ojos.

—Por favor, Andi, eso era muy evidente, si tu padre no lo notó fue por su pensamiento de que los homosexuales son inferiores.

—Tom no es mi novio.

—¿Terminaron? —cuestionó con el ceño arrugado y su expresión algo triste.

—No, nunca fuimos nada. Primero, porque como te mencioné antes, él vivía en el clóset, segundo, porque solo salió de Narnia por el que ahora es su novio, ugh, cómo detesto a ese vago. No lo merece, ¿sabes? Pero Tom es tonto, y por eso se queda con él, Georg me ha dicho que no me meta, sin embargo, a veces me desespera —barbotó Andreas, Marie le sonrió con cariño y lo abrazó.

—Mi amor, si Tom no ve lo que es bueno, él se lo pierde, tú tienes que seguir a su lado como su amigo, haz caso a Georg. Por mientras debes estar con otras personas, permitirte enamorarte de alguien más…

—Madre, desde que te divorciaste de padre no has tenido pareja, así que eso te quita credibilidad, porque él tiene otra familia, otros hijos, y es feliz, tú no, solo lloras en tu habitación en las noches cuando crees que nadie te escucha y te dedicas a trabajar —escupió Andreas mientras se deshacía del agarre. Marie le miró dolida y asintió.

—Voy a acomodarme el moño, y… hay café preparado, le avisas a tu hermano. Adiós, cariño —se despidió y se fue.

De pronto Andreas no tenía ganas de hacer nada.


Anémona había dicho tras la puerta que se iba a trabajar, que había dejado el desayuno preparado, Tom había respondido con monosílabos porque era temprano, se levantaría a las ocho. No contó con que se sentaran sobre su vientre y le estuviesen metiendo cabellos por la nariz para despertarlo.

Cuando abrió los ojos notó que Bill se apoyaba con sus piernas a los costados y seguía sobre su vientre, el peso recaía sobre las largas piernas del mayor, por eso no sentía mucho, sin embargo, los cabellos de Bill sí se sentían, ahora el moreno se hacía un mostacho improvisado con sus propios cabellos.

—¿Cómo? ¿No dije a las nueve?

—Mi madre me levantó a gritos para que comiera, y de paso le diera algo para su resaca. Así que tras esa dulce despedida, no pude dormir, y vine —explicó Bill, intentando lucir intimidante con su mostacho de cabellos, Tom rió.

—Bueno, si te sales de encima de mí…

—Seh, eso es lo primero. Y lo segundo será que me cobraré lo que me debes —advirtió, levantándose y sacando unas cosas que Tom no discernía qué podrían ser de una bolsa del supermercado que estaba unas cuadras de su casa.

—¿Cobrarás? ¿Cómo?

—Lo sabrás todo a su tiempo, todo a su tiempo. Ahora vete a lavarte y todo eso, luego te pones ropa vieja o que no te interese que se ensucie —dijo Bill, Tom asintió y se dirigió al baño.

—Ok.

—Voy a tu cocina a buscar unas cosas, eh —avisó Bill, saliendo del cuarto y bajando.

Bill estaba buscando entre las repisas algún recipiente que no fueran a extrañar cuando escuchó un “buenos días” que le hizo botar todo y gritar “¡Puta madre!”.

Cuando se giró para ver quién lo había saludado, que si era Anémona se jodía, vio que era una señora de cabello rosado que le sonreía.

—Tú debes ser Bill —afirmó.

Bill parpadeó creyendo que quizá estaba viendo mal, luego recordó las palabras de Once el otro día.

—Y tú, ¿Bell? —la mayor asintió y recogió los envases, Bill reaccionó tarde pero la ayudó—. Disculpe, es que pensé que Anémona no estaba y me asusté.

—No está, salió a su trabajo, vine a hacerme algo de desayunar. ¿Buscabas algo en especial?

—Un recipiente, pequeño pero que no se use para comer en él —explicó Bill, poniendo todo en su lugar.

—Deja busco, que esta tampoco es mi casa pero bueh, solo esperemos que Mona no se enoje si desaparezco alguno de sus envases —le guiñó un ojo y se puso a ello. Bill sonrió, la señora le caía bien, y no se parecía en nada a Anémona, a pesar de ser su madre.

13 comentarios:

  1. Ohh yo igual soy como Bill en cuanto a la relación con mi madre jajajaja xd pero a pesar de que nos peleamos y no nos llevamos bien igual la quiero :)

    Me gustó! :D y se me hizo demasiado corto :'( no puedo esperar al otro, soy demasiado impaciente u.u pero seré buenita :D y dejaré que te tomes tu tiempo para escribir jajajajaja xd Ya quiero ver cómo se las cobra Bill a Once 1313 jhgfddfghj

    Besitos y abrazos <3 ; creo que soy la primera? holaa!!! SOY LA PRIMERA MUAJAJA!!

    ResponderEliminar
  2. awwww este cap fue muy tierno a mi modo de ver, LAS MADRES!!!!!!! creo que es bueno que interactuen con sus hijos, sobretodo Simone con Bill, fue lindo que al fin tengan una platica decente sin peleas ni reclamos!
    OHHH ya quiero saber como planea cobrarse Bill el que Once lo haya levantado temprano XDDDD me imagino muchas cosas hahaha
    owww yo también tengo mamitis! *-* no vivo sin mi mamá XDD
    Genial el cap y que bueno que ya haya pasado tu sequía! saludos y que estés bien! ^_^

    ResponderEliminar
  3. Tengo arenosa la vagina
    Estoy en el cel comento mejor cuando llegue a casa Vale? <3

    ResponderEliminar
  4. no se que decir *w*
    me gusto la platica de Simone y Bill no sé,se ve que al fin tienen una charla sin peleas y eso es un buen paso de Simone :D lo más es que,quiere conocer a su yerno XDD ah mira que se va sorprender de Once *w*

    aww los tíos de Tom son lo mejor :D wiii ya me los imagino,ah Bill se llevará muy bien con ellos ya veremos *w*
    ahh que Andy,pobre de su mami,pero bueno yo se que Andy quiere a su mami aunque le dijo eso.

    me intriga saber como Bill se las cobra a Tom XD ¿harán pastelitos? ¿puré de papá? ¿macarrones? XDD
    no se pero me entra curiosidad XD
    wiii*baila emocionada* Bill ya conoce a Bell :D eso es genial,ya conoce a la abue que todos queremos XD

    No eres la única con mamitis *w* yo no puedo vivir sin mi mamá♥
    Genial el cap,espero con ansias el próximo
    Saludos y besos,espero estés bien~ :3

    ResponderEliminar
  5. Bueno, tenía un par de cosas que decir sobre Andy (me da mala espina lo que sea que estuviera haciendo...), casi hasta cambio de opinión respecto a él y entonces le dijo eso a su mamá y no, es un grandísimo imbécil. Georg debería patear su pequeño y poco virginal trasero.
    Como sea, no sé qué quiera hacer Bill xD pero tengo la impresión de que me voy a divertir (?)
    Y sobre mi regalo... NO DIRÉ NADA PORQUE LA VIDA ES INJUSTA Y NO LO PUEDO TENER JUSTO AHORA YA EN ESTE INSTANTE DDDX
    ¡Pero por fin se encuentran Bill y Bell! :DDD
    Tú sabes perfectamente mi opinión sobre las madres de tu fic... Simone es agradable, creo que en realidad Gordon era el problema. Mi mamá se parece un poco a ella, claro que mi mamá fue menos tonta y prefirió ser soltera.
    Como sea, te iba a decir otra cosa y se me fue el rollo y lo olvidé, supongo que no era tan importante.

    ResponderEliminar
  6. Madres, madres, everywhere *-* la relación de Bill con su mamá se parece a la mía ._. solo que en vez de pelearnos la ignoro ^^U.
    ¡¡¡Quiero ver cómo cobra Bill!!! 1313 casi me cago de la risa con la parte de la arena en la vagina XDDDDDD
    ¡Me gustó mucho!
    *manda besos gaymente* <3

    ResponderEliminar
  7. No sé, supongo que cuando Bill le dice a Once que ya se las pagará, pensé que tal vez se refiere a llevarlo a conocer a Simone, porque de ogra "manera" que me gustaría que Bill se cobrase con Tom "cejas", hay que reconocer que Bill respeta mucho a Once y sino lo hizó cuando lo desperto en la mañana y eso que Tom estaba a su disposición, no, entonces descarto que se quiera cobrar de esa forma. Fué raro leer la interacción entre Bill y Simone...raro, porque no me imagine que había esa confianza entre ellos. Supongo que si ella no hubiera caído en el alcohol y no se hubiera dejado dominar por Gordon, dentro de lo que cabe, Bill hubiese tenido una infancia normal y porqué no feliz. Bill conoció a Bell y conocerá a los tíos, presiento que ese día será memorable. Espero que el buen tiempo para escribir siga y nos regales pronto la continuación. Gracias por avisar y claro que puedes llámarme Adry.

    ResponderEliminar
  8. ¡¡Muchas gracias por la etiqueta!! Apenas la vi, estaba ocupada con unas cosillas, ya después verás de qué se trata ¬ u ¬. Extraño platicar contigo y todo eso u.u... en fin.

    Bueno, los detalles de la ''ropa que no importa que se ensucie'', las bolsas del súper y el recipiente que no usen para comer, suena a que le van a pintar el cabello a Once xD, pero tal vez me equivoco.

    Esto del encuentro con Bell y los tíos de Once va a ponerse interesante, lo sé LOL.

    Si mal no recuerdo, nunca se había visto una conversación entre Bill y Simone como la que hubo en este capítulo. A pesar de toda la mierda que ha habido en su relación, aún así se nota que se quieren, sea como sea. Hasta me pareció tierna toda la escena. Sería bueno que Bill continuara estudiando, ver cómo se desenvuelve en el ambiente escolar, a ver si ya no se mete en tantos problemas xD.

    La triste y solitaria Marie. Qué pena por ella, sólo se ha enfrascado en su trabajo y sus hijos, no quiere avanzar y hacer algo por ella.

    Me gustó este capítulo, aunque corto, pero digamos que sirvió bastante para dar a conocer el punto de vista de las madres, aversiasíyanolasputeantanto xDD.

    Pues muchas gracias de nuevo, marica. Me alegra que hayas salido de tu bloqueo y puedas seguir haciendo lo que tanto amas hacer, y que tanto amamos que hagas ^^. Te quiero muchísimo, un abrazo y un beso GAY *3* xD

    ResponderEliminar
  9. Hola, vengo a comentar :3 qué bien que te desbloqueaste :D

    ResponderEliminar
  10. Supuestamente lo iba a leer ayer, inmediatamente. Pero...tuve que terminar un trabajo, así que hoy estoy aquí terminando de leer y comentando.

    Me gustó mucho el capítulo, ojala Bill y su madre terminen de arreglar sus problemillas, y tambein ojala que Bill pueda estudiar.
    Andreas es un baboso por decirle eso a su madre.

    Ya quiero saber como se cobrará Bill la llamada en la madrugada y también que pasará en la salida con los tíos.

    Que bueno que el bloqueo se te paso. :-)

    Esperaré con ansias el siguiente capitulo.

    ResponderEliminar
  11. Seh, leí el capítulo hace horas y recién comento por falta de computadora u.u ya dejo de lado eso, que sé que no te interesa xD

    Veamos... ¬¬ sigo odiando a Andreas, niño mimado y caprichoso y mirá que decirle eso a su mamá, aunque me dio risa, la señora creyendo que él era el novio de Tom xDDDD Oh! y Bill ahora está mas accesible(? con Simone :3 y, y, se acerca el cumpleños número 20.! *O*

    Ya eh dicho que me encanta Bell.? >w< ojalá se reuniera ella también con los tíos de Tom y así hacen un desmadre *o* xDDD

    Esperaré con ansias el próximo capitulo, se viene la reunión y aparte el combro de Bill a Tom ¬w¬

    Excelente capítulo y pues espero que tu mente se haya desbloqueado del todo u.u :))

    ResponderEliminar
  12. ¡¡¡Oh Merlín!!!
    ¡La alcanse, no lo puedo creer!
    Y en un capitulo unico.
    Si de algo le sirve, le confieso que tambien tengo mamitis... y una muy extraña, voy a todos lados con mi madre, y ella conmigo siempre, lo que ocaciona que piensen o que es mi hermana mayor o que es mi pareja.
    Si, suena extraño y lo es, más cuando nos ven pasar por la calle tomadas de la mano.
    Pero la unica verdad es que soy bisexual, y mi madre es el amor de mi vida.
    ¡Ah y que la admiro y le agradezco por compartir su talento!
    Saludos y Buenas vibras.
    -Clíodne-

    ResponderEliminar
  13. Un mes sin ONCE!! :'c

    ResponderEliminar