Título: Fuera de tiempo: Grabado en la piel
Autor: kasomicu
Rated: +16.
Categoría: Slash
Género: Drama, romance, Twc no relacionado, Universo alterno.
Resumen: Bill se fue a Francia con Robbie, dejando un Tom destrozado, el cual aún Bill tenía grabado en su piel, y no solo por su tatuaje.
Disclaimer: Las personas reales no me pertenecen, lo demás, sí. No se busca ofender alguien con esto.
Capítulo único
—Me gustaría pensar que podré ser feliz de nuevo,
pero no lo creo. —La voz de Bill se oía apagada.
—Tienes a Robbie.
—Es verdad, y por ella tengo que salir adelante.
—Miró a su pequeña hija sonriéndole con sus dientes de leche.
—¿Ves? No todo está perdido.
—Sí, lo sé. —Robbie le mostró su dibujo a Bill, y él
lo miró con detenimiento—. Tengo que cortar.
—Cuídate.
—¿Quiénes son, mi amor?
—Papi, Dom y yo. —Su corazón se estrujó en su pecho.
—¿Cómo? ¿Aún te acuerdas de él?
—Shi. Dom, Dom.
…
Bill estaba cambiándole el pañal a Robbie, quien
sonreía y no quería que le cambiasen el pañal, jugando con sus dedos de sus
pies. Bill negó con la cabeza y prendió la televisión, para poner el canal para
niños que salía con un constructor que tenía amiguitos que le ayudaban siempre.
La pequeña se distraía metiéndose una llave de
juguete a la boca y mirando la televisión, mientras Bill aprovechaba para
cambiarla.
Pronto se dio cuenta de que había sido engañada para
ser cambiada y no estar más con las nalguitas al aire y refunfuñó, para luego
esparcir el talco por doquier, debido a que era lo que más tenía a la mano.
—Papi, papiiii —chillaba Robbie.
—¿Qué, mi amor?
—¡PAPIIIIII! —gritaba sin parar, en realidad no le
dolía nada, ni tenía tampoco nada que decir, solo le gustaba gritar, y Bill se
unió a los gritos con una sonrisa.
…
Bill no botaría su móvil nunca, a pesar de que en
ese país no le funcionase, tenía las fotos de Tom, y su sonrisa, una que dudaba
volver a ver.
Robbie dormía, y Bill aprovechó ese momento para
llorar en soledad. Arrepintiéndose de todo menos de su pequeña. Sabiendo que la
había cagado, que quizá todo sería distinto si estuviese con Tom, si se lo
hubiera llevado, si…
El problema es que no existía el “si…”, simplemente
lo había perdido por idiota.
El mañana existía, el pasado también, pero ahora no
podría irse y dejar sus estudios y demás.
Pero lo amaba, joder, lo amaba. Y le quemaba el
tatuaje que tenía con “Catorce”. Sin contar los otros tatuajes que tenía bajo
su piel, la sensación de su cuerpo, sus besos, el fuego de su amor le ardía y
no le interesaba quemarse bajo esa sensación.
Y, entre hipidos y llanto desesperado, Bill
susurraba “el amor de verdad espera…”*.
Tom estaba grabado en su piel como si esta fuera
piedra, imposible de borrar por más que lloviera, tronara o relampagueara.
Llamó a su madre en un intento vano por rehuir de su
prisión mental. Sin embargo, ella no contestó a tiempo y Bill se perdió en sus
pensamientos al punto de no hablar y estar físicamente casi ausente.
…
Era un nuevo día, y tenía que ir a sus clases, así
que dejó la bebé en una guardería. Con mucho pesar, ya que ella era su vida y
la extrañaba demasiado.
Al llegar a su universidad, era temprano, así que
sacó una hoja y comenzó a armar el menú de la semana para ir comprando los
ingredientes en el supermercado el día de mañana. Estaba tan abstraído que no
se percató que alguien veía sus apuntes desde atrás.
—¿Estás practicando alemán? —preguntaron en un
perfecto francés. Bill se giró extrañado y negó con la cabeza.
—Soy alemán. Lo que trato de perfeccionar es mi
francés —dijo Bill. El chico asintió.
—Con razón, tus rasgos no son de aquí, aunque
tampoco he visto alemanes como tú —comentó—. Mi nombre es Marcel.
—Hola, Marcel. Mi nombre es Bill. —Estaba siendo
amable, varias cosas habían cambiado desde que estaba en Francia, por Robbie, y
en parte por él mismo.
—Puedo ayudarte con tu francés, si es que tú me
ayudas con mi alemán, ¿qué dices?
—Notaba la insinuación en el ofrecimiento. Se
vio tentado a aceptar, y de paso desfogar, sin embargo, no quería. Ya no veía
las cosas de igual manera, no desde que estuvo con Once, nadie podía
igualársele.
Lo que había sentido era amor. No se trataba solo de
correrse, se trataba de disfrutar el cómo lo hacía. Cada instante, cada
centímetro de su piel. Cada gemido, gruñido o suspiro, cada exhalación.
Sinceramente, tenía mejores cosas que hacer, ver a
su hija crecer y jugar con ella. Le ofreció una sonrisa amable y negó.
Siguió haciendo la lista de compras en lo que
entraban sus demás compañeros de clase.
*Alusión a la canción True love waits de Radiohead.
Bueno Bill, aun no entiendo porque lo dejaste, eso de adquirir experiencia es una estupidez, aunque lo de hacerse cargo de una niña pues es otro asunto...
ResponderEliminarQuien sabe si en realidad si existe una forma correcta de actuar cuando se trata de amor.
Saludos!
@Lily Valdez, Nadie lo sabe, Lily, pero Bill tomó esa decisión por miedo, y por quitarle el cargo que supone una criatura a alguien tan joven. Gracias por leer y comentar. Saludos.
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