Título: De cómo Tom perdió la virginidad II
Autor: kasomicu.
Categoría: Hetero.
Género: Comedia, Crack.
Resumen: Si de algo estaba seguro Tom es que su hermana no era una niña, ya no más.
Advertencia: Twincest.
Disclaimer: Los personajes no son míos, son personas reales a las cuales les modifico hasta el género. NO lucro con esto.
Capítulo único
Procuró cerrar la puerta con seguro, aunque
contradictoriamente no lo había cerrado con llave, debido a que tenía la
esperanza de que ella entrara y le brindara literalmente una mano.
Siguió masturbándose furiosamente, jugando con la
punta, acariciándosela para alargar el momento, tapándosela; relamiéndose los
labios, para luego apretárselos con fuerza. No podía permitirse gemir, en
cualquier momento ella llegaría y corría el riesgo de escucharle.
“Quizá no estaría mal que lo haga”, dijo una
vocecilla en su mente. No obstante, su conciencia le repetía que aquello estaba
mal, que masturbarse pensando en su hermana no podía estar bien bajo ningún
concepto.
Era su hermanita por todos los cielos.
Pero también había sido su misma hermanita la que
ahora poseía unos prominentes pechos y caderas pronunciadas, sin hablar de sus
piernas que le hacían agitarse de solo verlas. Su misma hermanita la cual una
noche fue con un cuchillo en mano para quitarle su virginidad de la manera más
extraña, pero placentera, posible.
El asunto no se había comentado después, tanto así
que Tom pensó que todo lo había soñado, sin embargo, algo dentro de sí le decía
que sí había sucedido, solo que su “hermanita” era una cínica, y él un enfermo
así que estaban a mano.
Lo que le gustaba de todo ello es que a partir de ese
momento ya no veía a Billie con novios, como si estuviera a la expectativa de
algo, o alguien.
“Espero ser yo”, hablaba de nuevo aquella vocecilla.
La relación de ellos era de hermanos, de unos que se
suplen todas las necesidades, así que no era tan impactante después de todo el
cómo habían terminado las cosas.
Y Tom podría haber olvidado si es que Billie así lo
quería, mantener los límites y demás, pero siempre habían ciertas miradas que
lo hacían sentir incómodo, como cuando Billie le miraba la entrepierna
descaradamente o lo barría con los ojos.
Hoy sucede que su hermanita lo sorprende de nuevo,
llegando un pedido de una sexshop a casa a nombre de Anabelle Kaulitz, y el
pedido era un consolador.
Su hermana aún no regresaba del trabajo y él
simplemente no podía quitar la imagen de Billie masturbándose con aquel
consolador.
Movió la muñeca ligeramente y con dedos temblorosos
acarició la vena de su miembro, fue tocándose desde la base a la punta y con la
otra mano agarraba sus testículos. Estaba encerrado en el baño de su cuarto.
—¡Tom, ya llegué! —gritó Billie y su hermano explotó
en su propia palma, sintiendo que su sangre bullía—. Deja de masturbarte o te
quedarás ciego.
Tom sonrió al escuchar a su hermana forzar la puerta
y luego abrirla, decidió que era tarde para que le ayudara y se subió los
pantalones, para luego lavarse las manos y ver cómo ella entraba también a su
baño sin pedir permiso.
Le encantaba cómo le quedaba el uniforme de mesera,
resaltaba su cintura y la hacía lucir muy femenina, cosa que adoraba debido a
que usualmente su hermana vestía con camisas gigantescas de bandas de rock y
faldas cortas pero toscas.
—¿A qué se debe tanto entusiasmo hoy? ¿Alguna chica
linda y tú saldrán esta noche? —preguntó Billie, pero con advertencia en la
mirada, con un “si me dices que sí te cortaré los huevos y sabes que puedo
hacerlo”.
—No.
—Ah.
—Llegó algo para ti, lo dejé en tu habitación —informó.
La mirada de Billie se volvió indescifrable y corrió en dirección a su cuarto.
—¡Pedazo de bastardo, lo abriste! —chilló Billie
desde su habitación.
—Solo para ver si había llegado bien —se justificó
Tom alzándose de hombros.
—No, lo hiciste porque eres un pervertido —refutó
Billie, acercándose a él con la caja en mano, sin embargo, tenía algo tras suyo.
—¿Qué-é tienes atrás? ¿Otra vez el cuchillo? —Tom
mentalmente pensaba que su hermana haría lo mismo que la última vez, solo que
en esta ocasión usaría no solo su pene sino también el consolador, y todo eso
lo excitaba.
Comenzaba a secársele la boca.
Billie sonrió de lado, comprobando que su hermana
era una cínica por no haber hablado de ello todo este tiempo, fingiendo que
todo había sido obra de su imaginación.
—No, algo aún mejor.
Tom tragó saliva.
…
No sabía cómo había acabado en aquella situación,
con los pantalones bajados y su hermana preparándolo con lubricante. Se supone
que sería al revés, lo idóneo sería que él la preparase para penetrarla con el
consolador, pero una mamada podía disuadir a cualquiera.
—Vamos, Tomi, ábrete para mí —pidió Billie. Tom se
aferró la almohada y mordió su labio inferior, porque muy a su pesar, ya que él
nunca había pensado estar en aquella situación, le estaba gustando la sensación—.
Ohh, tan, tan apretado, mi Tomi, ¿pensabas que te ibas a librar de perder esta virginidad conmigo? Yo quiero ser
todas tus primeras veces, Tomi.
De pronto la sintió contra su espalda, respirándole
en su nuca y sobando sus senos sobre su espalda.
—Sé lo que quieras —se dejó hacer Tom, Billie sonrió
mientras iba penetrándolo con el consolador y con otra mano masturbándolo.
No era lo que Tom tenía en mente pero no se quejaba
en absoluto.
Mi mente pervertida al igual que la de Tom ya se estaba imaginando otra cosa con Tom, Billie y el consolador *babea*
ResponderEliminar"Sé lo que quieras"! Eso es amor, loco con este par, pero amor y bueno así nuestro Tom perdió su virginidad trasera.
Entonces vendrán más relatos y eso me hace feliz!!.
Besos geme!
Uhhh jajajaja pobre Tom y malvada y pervertida Bilie ajjajajaja xD Ahhh me encantó! :D
ResponderEliminarSin duda no esperaba ese final... Pero te quedo genial! Esa Billie esta más loca que una put@ cabra, pero Tom la adora así y nada se puede hacer contra eso XD
ResponderEliminarSaludos.
Atte. Lily V.