Título: Intentar.
Autor: kasomicu.
Rated: +13.
Categoría: Slash.
Advertencia: Twincest.
Resumen: ¿Por qué nos enamoramos así de fácil, incluso cuando sabemos que no es lo correcto?
Capítulo único
Era la pregunta que se formaba en su mente, mientras
revisaba los correos que se habían enviado, las fotos que ahora quedaban en un
archivo oculto en su computadora, las sonrisas que parecían verdaderas y eran
indistintas a tal punto de desconocer en qué momento todo se había vuelto una
mentira, una farsa, algo irreal, quizá desde el principio fue así. Quizás las
cosas no debieron darse así.
Tal vez solo era deseo y por eso
él terminó quemarse pero eso no significaba que debía morir, ¿no?
Recordaba cómo
sucedió todo, sus besos recorriendo sus
omóplatos, su aliento en su nuca, cómo mordía con frenesí sus labios, cómo
hacía que perdiese la cordura en un instante, cómo lograba que olvidase que
eran hermanos y se concentrase en que fueran amantes, pero… solo eso, nada más.
Bill no entendía que Tom sentía que eso era más que un tórrido affaire, algo
que se instalaba en su pecho y se anidaba en sus entrañas, reptaba por su
interior haciendo que se le escarapelara la piel.
Entonces… todo
terminó, cuando Bill se cansó de jugar al gato y al ratón con su hermano, dejó
de darle regalos, dejó de ir a su cuarto en las noches, y siempre olía a
perfume de mujer cuando venía de la calle.
Ya no había nada.
Bill terminó por irse de la casa y simplemente Tom no sabía a dónde había ido o
qué era lo que estaba haciendo; a veces su madre intentaba hablarle de él por
teléfono, pero Tom prefería cambiar de tema, con la tranquilidad de que al
menos estaba a salvo.
Tom seleccionó todas
las fotos que tenía junto a él y las borró. Hizo lo mismo con los emails, las
notas que se dejaban las quemó, y los regalos que le había dado los puso en una
caja, junto con la ropa que aún tenía en su cuarto. Todo lo tiró por la ventana
y se fue sintiendo libre conforme botaba todo.
Sujetó el teléfono y
marcó el número de un chico que se le había insinuado en un bar al cual había
ido el primer día que Bill se fue.
―¿Aló?
Sonrió. Lo estaba
intentando.
“Tienes que levantarte e intentarlo”.
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