Fanfic: Tomboy. Capítulo 1: Lesbiana.

¡Hola a todos! Espero estén pasando un lindo lunes, aunque es jodido como todo principio de semana puede serlo. Mis mejores deseos para ustedes, y fuerza. En fin, tengo un problema, mi cargador de mi laptop se ha descompuesto, entonces tengo que comprar otro, por mientras estoy en la netbook de mi mamá y mandé a mi correo ciertos archivos para actualizar, pero al parecer no puedo escribir, tsk.

Sin embargo, les traje el capítulo uno de Tomboy, lo he corregido y aún así tiene errores, sepan comprender. Al menos hay más diálogo, insisto, serán cortos los capítulos. Sigamos adentrándonos en la vida de Tomie.

Ah, y como siempre, quiero aclarar que yo solo escribo, mis personajes tienen vida propia y son distintos a mí. Así que no se tomen a mal si escuchan Nine Inch Nails, porque también lo hago yo.

Capítulo 1: Lesbiana.

Tomie tenía quince años cuando le molestaron por primera vez, o al menos tenía esa edad cuando pudo distinguir lo que era una broma que no comprendía y lo que era un insulto.

Le dijeron que parecía hombre, y que se quedaría sola porque a ningún chico le gustaría salir con una chica que solo se vestía con ropa de muchacho, y que apestaba a sudor por estar haciendo deporte.

En realidad ella no olía a sudor, porque se bañaba siempre después de los entrenamientos, solo que no usaba perfume; y sus compañeras de escuela eran crueles.

Tomie se acomplejó un poco, y se alejó de las chicas para solo juntarse con chicos, los cuales la veían como una más del grupo.

Ella trataba de entender qué estaba mal; porqué esas chicas decían que Tomie estaba mal, pero la de rastas se sentía bien.

Cuando su amigo Gustav, le dio su primer beso, entendió algo. No le gustaban los chicos, podía ser que en serio sí les gustase a ellos, para que su mejor amigo la besase, sin embargo, ella no les encontraba atractivo.

—No sé, Gus. Supongo que estuvo bien, es decir, nunca he besado a nadie. Pero… no sé, no me gustas, no quiero que te ofendas, ¿somos amigos, no? —preguntó Tomie mordiéndose la uña de su pulgar.

Gustav la observó con desánimo, pero igual le dio una palmada en el hombro.

—Todo normal, Tomie —aseguró Gustav, y era verdad, le afectaba, claro, lo habían rechazado, y su mejor amiga era muy bonita, quizá no encontraría a otra joven como ella, pero seguía siendo su compañera en todo.

—Creo que soy eso, eso que dijeron en clase —farfulló Tomie dejando su dedo y acomodándose la bandana mejor sobre su frente. Se sentía algo decepcionada.

—¿Qué cosa?

—Asexual, eso, de las que no les gusta nada. Pff —bufó Tomie frunciendo la nariz.

Gustav negó con la cabeza. —Puede que no haya llegado el chico indicado —comentó.

—Pero las demás hablan de que les gusta tal o cual cantante que ven y yo así de ‘¿qué mierda?’, no me llama la atención. Aparte lo que escucho es diferente a esos poperos que oyen —acotó la rubia. El muchacho rió.

—¿No te gusta Sido o Bushido? Como hablas seguido de ellos, das la impresión de que sí —mencionó Gustav y Tomie se carcajeó histéricamente.

—Oh joder, no, sino que, ¿los has oído? Son lo máximo, Gus. Le haré un altar a mi hermano por hacerme escuchar esa música. Cuando reproduces su música, tienes un jodido orgasmo por el oído, sin mentirte —musitó Tomie con una sonrisa. Gustav rodó los ojos.

—Prefiero el metal.

—Uyyy sí, Metallica y no sé qué mierdas más. En fin, no te diré una mierda. Mister “me-creo-lo-máximo-por-oír-Nine-Inch-Nails” —chanceó Tomie. Y Gustav rió, uno no podía enojarse con alguien como Tomie.

—¿Te siguen fastidiando esas odiosas? —preguntó Gustav. Tomie frunció el ceño.

—Dicen que me quedaré sola, voy planeando comprarme una casa en Rusia y criar veinte gatos. —Tomie intentaba tomárselo con gracia, a pesar que en serio hacían mella en ella ese tipo de comentarios.

—Y por qué no has intentado algo con una chica —soltó casual Gustav. Tomie lo miró fijo, como esperando a que se riera, o le dijera “estoy bromeando” pero no lo hizo.

—¿Hablas en serio? —interrogó.

—Sí, digo, no es que crea que sea imposible que no le guste a una chica heterosexual, y por eso la llamo lesbiana, sino que… no sé. Podrías intentar al menos, ya que no sientes atracción por algún chico —aclaró Gustav y se acomodó los lentes.

Tomie se echó sobre el césped y miró el cielo. Mujeres, eran insoportables, ella era una mujer, pero sus compañeras también y en verdad no se imaginaba teniendo algo con alguna de esas descerebradas. Intentó pensar en sí misma besándose con una chica sin rostro.

Oh.

Tal vez se trataba de eso.

—Bueno, creo que mi madre me cortaría las tetas si fuera lesbiana —dijo Tomie. Gustav la observó con mirada inescrutable.

—Puede ser, pero es tu madre, te terminará aceptando tarde o temprano —animó Gustav.

—Es solo un supuesto. Nunca he estado con una chica, al único que he besado es a ti, o bueno, tú me besaste. Así que no puedo dar nada por sentado —comentó Tomie y tamborileó sus dedos sobre su vientre plano.

—Inténtalo. Solo por probar, no perderás nada —aconsejó Gustav.

Tomie asintió ausente. Más que preocuparle su inexistente vida sentimental, le preocupaba el partido de soccer que tenía al siguiente día.

Suspiró y se relajó para luego tomar aire y seguir hablándole a Gustav.

…

Tomie entró a su casa y se encontró con la escena de Georg besándose y metiéndole mano a una chica por debajo de la falda, la muchacha sin nombre estaba solo con un sujetador. Más que desagradarle la idea, algo cálido reptó por su vientre al ver la escasa pero atrayente desnudez. Iba a aclarar la garganta y molestar a su hermano, porque era obvio que este no se esperaba que ella llegase tan temprano, sin embargo, subió las escaleras apresurada y se encerró en su habitación, con seguro.

El calorcillo aquel seguía en su vientre bajo. Se acarició esa zona con curiosidad, luego fue bajando más la mano y terminó tocándose por encima de su ropa interior. La imagen de la rubia que estaba abajo, mostrando parte de sus pechos en ese corpiño media copa, pululaba por su mente, esas piernas torneadas y la jodida mano de su hermano perdiéndose en medio de ellas. Ohhh, Tomie quería ser esa mano.

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Imaginándose que en realidad tocaba a esa muchacha, terminó encontrando su clítoris y provocando su primer orgasmo clitorial. Primero de muchos que se haría al masturbarse pensando en mujeres.

Oh, sí; Tomie definitivamente era lesbiana. Se podía ir a la misma mierda su madre, si las mujeres estaban así de buenas, ella sería lo que quisiera.