Título: Efectos secundarios.
Autor: kasomicu.
Categoría: Slash, Hetero.
Rated: NC 17.
Advertencia: Twincest, Gender swap.
Resumen: A veces los efectos secundarios no son tan negativos como uno se espera...
Perteneciente a la serie Maneras de perder la virginidad
Capítulo único
Billie estaba jugando junto con Tom en el
playstation, y Tom temía a las represalias que podrían haber si ganaba el
juego, porque no se trataba en sí de si él ganaba, sino que si él ganaba Billie
perdía, y si eso sucedía ardería Troya.
Por suerte perdió, y con más suerte todavía, Billie
se sentó en su regazo a echarle en cara lo perdedor que era. Tom se sentía un
ganador. Para callarla le dio un beso, el cual ella correspondió, y pasó sus
manos por su cuello, dándole pequeñas mordidas y jugando con su piercing.
—Sabes que no podemos hacer nada, ¿verdad? —dijo
Tom, acariciando sus caderas con dulzura. Billie estaba con su periodo y eso
los frustraba a ambos.
—De hecho… hay otras opciones —tentó Billie mientras
se mordisqueaba el labio inferior. Tom pensó en una mamada y sintió un tirón en
su entrepierna que saltaba interesada.
—Me gustaría saber cuáles.
—Una señora en el mercado me dio esto, dijo que se
me cortaría el periodo, también mencionó algo sobre efectos secundarios pero
nada grave —le restó importancia Billie, puesto que ella solo le preguntó a la
señora si es que no la iba a matar, y la mujer le había respondido que no,
queriendo explicarle cuáles eran los efectos, pero teniendo una terca Billie
que no quiso escucharlos—. ¿Qué dices?
—Bueno, podemos probar. Pero si tienes alguna
reacción negativa, lo dejas, eh —dijo Tom en tono protector.
De todas formas les convenía que a Billie no le
viniese su periodo, ya que al ser hermanos, tenían que protegerse y ser muy
cuidadosos para que esta no quedara embarazada.
Billie asintió y se fue a la cocina, Tom la siguió,
viendo cómo su gemela tomaba una pequeña pastilla de color marrón. Al instante,
Billie se encorvó y él la sujetó queriendo dirigirla al baño por si quería
vomitar.
—No, no son arcadas, solo… dolor en mi vientre, como
un súper cólico —explicó Billie mientras se aferraba al abrazo de su hermano.
Tom acomodó sus manos en su cintura estrecha, cuando
de pronto empezó a sentir que esta iba perdiendo la estrechez… por inercia bajó
las manos a sus caderas y ya no las sintió redondeadas sino cuadradas como de…
Un chico.
—Tom, creo que ya sé qué era lo que la señora se
refería con “efectos secundarios” —dijo Billie con la voz distinta, ya no de
mujer, sino de hombre. Tom la observó (¿o lo
observó?) y notó que ya no tenía sus hermosos pechos, y que ahora tenía una
manzana de Adán.
—Mierda.
—Joder.
—¡¿Y esto para ella no era grave?! —soltó Tom
exasperado, mientras que Billie miraba por debajo de su falda el “paquete” que
ahora tenía, con una sonrisa oscura formándosele en los labios—. Oh no, no me
mires así, señorita. Ni se te ocurra que haremos algo cuando estás en ese
estado.
—Pero, pero ya no estoy con mi periodo. Luego
podemos encargarnos de la bruja esa, por ahora podemos sacarle provecho a la
situación. ¿No te excita siquiera un poco la idea de follarme estando así? —le
susurró en el oído, haciéndole estremecer por más que ahora tenía una voz
aterciopelada y más gruesa.
“…follarme estando así”
Poniéndola en cuatro y dándole por detrás, teniendo
la visión de su sexy espalda… claro que le ponía la idea.
—Está bien.
Billie se mordió el labio inferior y lo sujetó por
la mano llevándolo a la habitación.
—Déjame iré a quitarme la ropa al baño —dijo Billie.
Tom asintió, y él también comenzó a prepararse,
desvistiéndose, pero para lo que no estuvo preparado fue para la visión que
tuvo. Era un cuerpo delicado, incluso para ser de hombre, aunque no por eso se
opacaba el miembro erguido que mostraba su hermana, y por más que eso a
cualquiera lo asustaría, a Tom no, porque era parte de su hermana, y si por
ella tenía que ser gay poco le interesaba, porque no era cualquiera, era su
Billie.
En eso fue pensando mientras se besaron de pie y Tom
sintió un poco de vello facial, sin contar la punta que le rozaba el vientre.
—Jódeme duro —exigió Billie mirándole con los labios
rojizos, sonrojada, con ojos brillantes y una voz varonil que no hizo más que
aumentar la excitación de Tom, el cual asintió sumiso.
Fue por el lubricante, pero ella se lo quitó, y sacó
un condón.
—El condón ya viene con lubricante —mencionó, Tom
asintió de nuevo, Billie se puso a cuatro patas en la cama, acomodándose su
cabello a un lado y abriéndose de piernas para recibir a su hermano, el cual
casi se desmaya con la visión del perfecto trasero respingón de su hermana en
su versión de hombre.
Se puso el condón, tanteó en la rosácea entrada de
su hermana, y fue entrando con dificultad, debido a que no era una vagina, y
era obvio que era la primera vez de Billie, al menos la anal, escuchó cómo
chirrió los dientes e incluso soltó un quejido, pero cuando quiso detenerse…
—¡No pares, joder, ya me habituaré!
—¡Ok, ok! —Y era tan malditamente apretado.
Después de un momento donde Billie tomó aire y
relajó los hombros, de paso sus músculos, absorbiendo a Tom en su interior y
soltando una especie de ronroneo.
—Ahora sí, fóllame duro, Tomi —gimió con una voz
sensual.
Tom asintió y comenzó a embestirla, rotando sus
caderas, buscando algún ángulo que la haga chillar, fue subiendo con sus manos,
acariciando sus pezones, entrando y saliendo hasta que ella gritó y pensó que
la había lastimado.
—¿Te hice daño?
—¡No, maldita sea! ¡Ahí, joder, ahíiii!
Y después de ello, supo dónde debía tocar.
…
—Ay, Tomi, queda tremendo dolor en el trasero pero
valió la pena. ¿Crees que haya valido la pena volverte gay conmigo?
—Sí —dijo Tom, dejándole un beso en la mejilla—.
Solo espero que no sea permanente.
Aunque internamente Tom no tenía problemas si así lo
fuera.
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