lunes, 24 de marzo de 2014

Fic Stereosexual. Capítulo 4: Barbie girl

Perdonen la tardanza pero aquí les traigo el capi ;D


Capítulo 4: Barbie Girl


El chico con cabellos platinados dormitaba plácidamente sobre el mullido mueble, un documental del apareamiento de los rinocerontes se escuchaba en la televisión y, al parecer, había terminado por aburrirle. 

No le sentaría mal una siesta, puesto que debía disfrutar cada segundo de sus vacaciones, pero como nada es como uno lo desea, de entre sueños oyó la voz cantarina de su madre llamándole de una dulce manera: 
—¡Andreas, levántate y abre la jodida puerta! —En realidad ni tan dulce, él catalogaba a su madre menopáusica por el poco tino con el cual trataba a todos mientras ella cocinaba.

Escuchó que le gritaban una vez y el timbre cristalizar su sonido por lo que bufó y se levantó maldiciendo que no estuviese su hermana para que ella abriese la puerta.

Arrastrando los pies se dirigió a la puerta, la abrió sobándose un ojo y soltando un bostezo al reconocer a sus dos mejores amigos ahí.

—Hey… pasen —les dijo haciéndose a un lado. Ambos asintieron silenciosos y se situaron de inmediato en el mueble—. ¿A qué debo el honor de su visita? ¿Desean que les sirva una tacita de café? —chanceó con una sonrisa en los labios haciendo que los gemelos rodaran los ojos.

—Andi —musitó el mayor, aclarándose la garganta rápidamente al notar que su voz había salido aguda—. Necesitamos que nos hagas un favor.  

El rubio se carcajeó cuando escuchó el vozarrón notoriamente fingido con el cual hablaba su amigo con rastas, a lo que el moreno se dio golpes con su palma en la frente y luego le dio una pisoteada en el pie a su hermano para ponerle la mano sobre la boca evitando que salga el chillido que soltaría.

—Andi, ¿podrías… —se vio interrumpido porque el rubio se sentó a su costado para escucharlo mejor ya que él estaba hablando muy bajo— prestarnos ropa de tu hermana?

—Oh, esperen, ¿les quedaran bien el sujetador de mi hermana? O quizás las bragas se le metan mucho —bromeó Andreas obteniendo un rostro alarmado por parte de Tom en respuesta. 

—No queremos las bragas, ugh, sería tan poco higiénico —aclaró y su hermano puso los ojos en blancos, pero para es Andreas ya había notado la voz extraña en ambos.

—Habló el que no se lava el cabello —susurró bajito Bill con una risilla saliendo de sus labios. Andreas los miró fijo como corroborando de que estaban hablando en serio.

Ya pues chicos, no anden jodien… —como común acto de camaradería entre chicos, Andreas dio una casi inconsciente palmada en el pecho de su amigo y su frase se vio interceptada por la sensación de un bulto suave y redondo donde se suponía no había más que una superficie plana. Abrió los ojos en demasía y apretó el bulto haciendo que Bill frunza el ceño y levante el puño en señal de amenaza, juntamente con la vena palpitante en su frente.

—¡Hey! ¡Suelta a Bill! —De un manotazo Tom alejó la palma de su amigo que aún estaba en estado catatónico.

—Tienes… ti-ti…

¡Coño, sí, tengo tetas! —exclamó enojado el pelinegro cruzándose de brazos y ya soltando la voz.

Hablan los dos como mujeres.

—Y tenemos lo demás —acotó Tom con una ceja alzada—. Por eso es que te pedimos ayuda

—Pe-pepero —tartamudeó Andreas, parpadeando consecutivas veces.

—Sí o no Andi, es algo de vida o muerte —afirmó vehemente con ojos serios.

O de coño o polla —rió el de rastas frente a su propia broma, a lo que Bill lo fulminó con la mirada—. Ya va, ya va, sé que no dio risa.

Andreas los miraba sorprendido, como si fuesen unos alienígenas diciéndole “E.T phone home” pero después de verlos pelear un momento se dio cuenta que bajo esa imagen distinta en género seguían siendo sus amigos, los mismos idiotas con los cuales había ido a parvulario, con los que aun iba al colegio y se peleaban contra los otros estúpidos que se burlaban de ellos. Sí, sus amigos. —Humnn… hey…

¡Es que no es asunto de chiste! —reclamó el menor haciendo caso omiso a el llamado de su amigo.

¡Pero hay que verle el lado positivo! —replicó el rastas con una sonrisa nerviosa.

¿Cuál? ¿Qué te pesa tanto el culo que ahora disfrutarás orinar sentado? —soltó histriónico, a lo que su hermano frunció el ceño e hizo sobresaliente su labio inferior.

—¿Me estás llamando gordo, Bill? —casi gimió dolido.

—Chicos… —intentó de nuevo.

Bill chasqueó la lengua y vio de soslayo la expresión de su hermano. —No he dicho que no te siente mal.

—Entonces afirmas que me has dicho gordo.

—¡Cállense los dos! ¡Primero, tú Tom, lo que ha dicho tu hermano es que tienes el trasero grande! —soltó aire para aspirar de nuevo—. Eso se soluciona yendo al gimnasio y es atrayente en las mujeres, no es por joda ya y tú Bill, no seas candelero, mira cómo está Tom de susceptible.

Bill le dio la razón con un asentimiento y su hermano volteó la mirada alzando algo la barbilla.

—¡Jum! —se cruzó de brazos el de rastas y su hermano bufó.

—Dejen su estúpidos comportamientos infantiles a un lado y explíquenme la situación y el por qué quieren la ropa de mi hermana.

Bill suspiró y se volvió a sentar comenzando a relatar paso a paso el por qué se hallaban con en esa forma, el rubio lo escuchaba atento, mientras que el de rastas mantenía su postura altiva a un lado de la sala, pero mirando de vez en vez a su hermano.

—Ah… entonces… Me siento halagado porque hayan venido hacia mí, pero a mí me van los chicos entonces no creo poder salir con ambos. —Bill abrió la boca para hablar pero su hermano se le adelanto.

—Deja las bromas de mal gusto, Andi, hemos venido a pedirte ropa de tu hermana para salir con tías y así pues… romper este encantamiento.

—Ya sé, tarado puff. Ok todos subamos al cuarto de Clarisa —animó levantándose del sillón y subiendo las escaleras, los gemelos le siguieron.

—Me gusta tu trasero grande —susurró el menor en el oído de su hermano haciéndole sonrojar.

—Vete a la mierda —le respondió moviendo el hombro para evitar la cercanía a lo que el otro simplemente rió, para su suerte, el rubio no había escuchado su pequeña reconciliación.


—Antes que nada tienen que tener en cuenta unas cuentas cosas —advirtió el rubio al mirarlos poniéndose sobre su ropas conjuntos de su hermana.

¿Qué? —dijeron al unísono.

—Que si saldrán con chicas, estas no serán heterosexuales, es decir pueden ser bisexuales u homosexuales. ¿Lo tienen claro, no? —ambos detuvieron sus acciones para mirarse entre sí. Evidentemente no habían notado ese gran detalle—. Vaya, ¿de qué me sorprendo?... Bueno, bueno, entre que ustedes lo superan yo sigo, esas chicas podrían ser o bien tímidas o bien como un tío que busca ligar, depende de cada persona en realidad, pero yo lo menciono ya que ustedes son tan jumentos que no lo habían notado antes. Seguimos, una chica no es solo por fuera, es decir, está bien, tienen senos, no tienen pene, y otros cambios físicos, pero y escúchenme bien, las chicas también tienen una manera de comportarse por favor, así que no se anden “tocando ciertos lugares” en público, ni al eructar lo miren como gracia

—¡Hey! Pero si nosotros jugamos a eso, y tú también no te hagas. —Andreas puso los ojos en blanco.

—Claro.  Pero eso era cuando eran hombres, ahora no lo son, gracias por la acotación Tomika.

—No me llames así.

—Otro punto a tocar, los nombres. Vamos, que no es común que una chica se llame Bill o Tom. —Los gemelos se encogieron de hombros.

—Si la chica se llama Wilhelmina no habría ningún problema con mi nombre —mencionó el moreno a lo que Andreas arrugó la nariz.

—¡Dios! ¿Quién le pondría ese nombre a su hija? —preguntó Andreas.

—¡Una persona con buen gusto como para ponerle el nombre de una modelo famosa! —bramó Bill, a lo que su hermano sonrió de lado.

Hemnn… errr… de todas maneras debemos buscar algo más común —se sujetó la barbilla.

Cómo es posible que nadie sepa quién es Wilhelmina Cooper —refunfuñó Bill.

—Andi, me quiero llamar Gabriele —dijo Tom, Bill agudizó la vista a la espera de alguna broma. Su amigo asintió.

—Es un nombre normal —cedió.

—Entonces yo me llamo Susanne —dijo Bill leyéndole el pensamiento a su hermano, y terminaron por verse y sonreírse, Andreas los miró extrañado.

—No quiero preguntar el por qué de esa mirada. —Ambos enarcaron una ceja y se pusieron espalda con espalda de perfil para su amigo, los brazos que estaban en dirección hacia a él los levantaron juntos y movieron los dedos.

Porque si Tomi se llama Gabriele, él siendo el mayor, es decir, va primero…—Tom mientras su hermano hablaba hacia sonidos de suspenso con la boca.

—Entonces Bill se llama Susanne y como es el menor va después…  —Andreas los miraba divertido, ya algo acostumbrado a sus extrañas actitudes. Ahora Bill hacía los sonidos raros con la boca—. Entonces seríamos…

—¡Nena! —gritaron al unísono alzando sus brazos. Andi se golpeó la frente consecutivamente mientras ellos se reían.


Ambos gemelos se sentían incómodos con esas ropas, si bien Bill había utilizado falda una vez, había sido una falda escocesa, es decir, falda de hombre y larga, no una de mujer corta. Aparte de que escocía la presión del sujetador en sus costados. Tom, por otro lado, quería deshacerse del sostén al sentir demasiado sensibles sus pechos, y también quería cambiarse con urgencia de tampón.

—Cuando dije “ciertos lugares” también me refería a los pechos y sería bueno que se enderezaran —pidió Andreas notando cómo les quedaba la ropa a la perfección a sus amigos.

Cuando estos le obedecieron, notó mejor cómo las formas femeninas se podían apreciar en los atuendos ceñidos que llevaban: “Susanne” con una falda opalina con dos pinzas a cada extremo, dando la impresión de que se le levanta un poco, dejando al descubierto parte de sus muslos y rodillas con sus piernas, las cuales eran delgadas pero no por ello menos formadas y casi ni se observaba el vello rubio de sus piernas, al estos haberse puesto delgados con la transformación, en la parte de arriba, llevaba una blusa negra con botones internos manga tres cuartos y corte princesa que hacía notar su estrecha cintura y también ensalzaba sus senos de tamaño justo como para su contextura.

Mientras que “Gabriele” llevaba unos vaqueros grises sin bolsillos detrás y a la cadera, dejando ver esa pequeña “entrada” que se forma por la cintura para dirección de abajo, en la parte de arriba llevaba una camiseta que creyó iría a quedarle ancha, pero cuando pensó aquello no contaba con el par de “amigas” que tenía en la delantera, es decir, le quedaba a la perfección, el estampado era con una frase en inglés y un corazón, no podía serse más cursi al tener de fondo blanco, pero se sintió más cómodo que Bill.

—Ahora falta el cabello…

—Whoa, whoa, whoa, acepté hasta lo de la falda porque dijiste que no quedaba otros vaqueros pero no harás nada con mi cabello —dijo Bill con mirada furibunda.

—Ni con el mío —sujetó sus rastas de manera protectora.

—Vamos chicos… digo, señoritas… hehe no van a salir con ninguna chica si no se peinan bien —alegó el rubio platinado con un movimiento de cejas.

—Pero nos acabamos de bañar, eso para los chicos es suficiente —contraatacó el de rastas, el rubio sonrió maliciosamente.

Tú lo has dicho, Gabriele, para los chicos —se sobó las manos maliciosamente—. Vamos a mi habitación, ahí tengo secadora y laca como para hacer algo con esas greñas sobre sus cabezas. —Ambos lo miraron resignados y le siguieron una vez más.


—¡Hijo de puta! —chilló Bill cuando le jalaban el cabello una vez más, a lo que su amigo le chistó.

—Si no te quedas quieta, no puedo. —Pasó el peine por el cabello corto de nuevo y por fin logró desenredarlo—. ¿Qué tal si te lo plancho?

—¿Y qué tal si mejor te metes la plancha a… —comenzó a decir el moreno.

—¡Bill! —le interceptó su hermano,

—… donde no le dé el sol? —terminó su frase. Andreas rodó los ojos.

—Hago esto para ayudarlos, porque son mis amigos.

—Más pareciera que lo haces porque nos ves como dos puñeteras muñecas que arreglar a tu gusto —se quejó Bill cruzándose de brazos.

—Cierra las piernas —pidió Andreas, el aludido, sonrojado, obedeció.

—Bill, Andi tiene razón, nos está ayudando y debemos aceptarlo, es decir, ¿qué si es raro? Nunca antes hemos sido chicas así que no podemos decir qué es raro o qué no lo es, él tiene una hermana mujer, entonces tiene un grosso modo de qué es lo que ello implica. Mientras más pronto lo aceptemos, más rápido podremos terminar con esto. —Su hermano lo miró durante un lapso y luego suspiró, había aceptado—. Ya, Andi, plánchale el cabello a Bill

—Y al de Tom le haces algo, lo que sea que lo haga verse femenino. —El rubio miró al de rastas y asintió.

—Media coleta bastará. —El de rastas tragó saliva mientras Andreas sacaba la plancha para cabello de uno de sus cajones.


—Viéndolo bien no nos vemos tan mal, ¿no?

¡Claro! Con el aire filtrándose bajo esta falda y no poder caminar ni una maldita cuadra sin recibir al menos cinco obscenidades, ¡Maravilloso diría! —dijo sarcástico, observándosele demasiado “lindo”, pensaba Tom, como para no reír.

Estaba con todo el cabello lacio, siendo corto, se le veía de otra forma y su mechón característico estaba sujeto por un gancho con la figura de Kumagoro, el maquillaje había corrido por cuenta de Andreas, unos tenues matices plomizos que resaltaban el color miel de su iris, y un brillo labial sabor cereza, se negó rotundamente a que le pongan rubor.

Tom  también llevaba maquillaje, pero en colores rosáceos, que iban más con su outfit y color de cabello. 

Por suerte, la cinta que amarraba sus rastas no tenía ninguna figura ni de oso o conejo. Pero lo que sí le había afectado es cuando le pusieron barniz de uñas color rosa, eso fue demasiado traumático para él, para su hermano en cambio fue algo normal hasta que notó que no era negro sino púrpura el color. En definitiva no se sentían de ánimos y peor cuando tendrían que soportar el sermón de sus padres por llegar tarde. 

“Ojalá que llamen primero a Andreas” se decían entre ellos cuando llegaron al “antro de esa clase” que su amigo les había dado la dirección. Suspiraron e ingresaron, desconociendo por completo qué es lo que les depararía allí.


N/A: Wilhelmina Cooper fue una modelo famosa de hecho, y de Wilhelmina sale Will o Bill como diminutivos. Nena, cantante alemana favorita de Bill en aquel tiempo (recuerden que el fic está ambientado cuando ellos tenían 14 años) se llama Gabriele Susanne.

2 comentarios:

  1. Me acuerdo que la primera vez que lo leí me sorprendí por el dato del nombre de Nena.
    Pues bien guapas, digo guapos los dos a buscar chicas, a tratar de enamorarse y solucionar la maldición.
    Besitos geme :)

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  2. Todo un show en su "transición" xD Pobres, es tan cómico:3

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