miércoles, 18 de junio de 2014

Drabble: El escondite.

Hola a todos, en esta oportunidad les traigo un drabble, espero les guste.

Título: El escondite.

Autor: kasomicu.

Rated: PG 13.

Categoría: Slash.

Advertencia: Twincest, shota.

Resumen: A veces el juego del escondite puede llegar a ser muy divertido.

Disclaimer: Las personas reconocibles no me pertenecen, lo demás sí.



“A veces el silencio lo dice todo” –Anónimo

El escondite


Tic tac tic tac tic tac

Bill podía escuchar el sonido de las agujas del reloj y de su respiración agitada, traía una sonrisa en el rostro. 

Le encantaba jugar al escondite; en especial cuando lo hacía junto a su hermano y Andreas. Sabía que ya no estaba tan pequeño como para seguir jugando a eso, y la expresión entre cansina y resignada de Tom y Andi se lo reprochaba a su mente, sin embargo, era lo suficientemente egoísta como para pasar por alto lo que ellos pensasen.

Se metió en el armario de su madre y levantó sus piernas para apoyar su quijada sobre sus rodillas. Oyó pasos acercarse y tuvo que taparse la boca con sus manos para sofocar las risitas que querían salírsele, no obstante, los pasos se detuvieron en la puerta del cuarto de su mamá.

El crepitar que provocaba las pisadas se hacía cada vez más cercano. Hasta que se detuvo frente al armario que tenía pequeñas rendijas por donde desde el interior Bill podía vislumbrar a los pantalones holgados de su hermano.

—Última pista —pidió Tom casi en un susurro, con la certeza de que quien se hallaba dentro era su hermano.

Pero era bien sabido que si algo odiaba Bill Kaulitz era perder, por lo que abrió las puertas del armario y jaló a Tom hacia sí, haciendo que sus rodillas flaquearan y cayera de rodillas casi encima de Bill; el cual rió en silencio, viendo a su hermano fruncir su entrecejo y chasquear la lengua, a punto de replicar.

Sin embargo, no lo hizo, se quedó mirando a su hermano menor, viéndolo acalorado por estar en aquel lugar tan pequeño y cerrado entre tanta ropa, y sonriente, con esa sonrisa socarrona que tanto le fastidiaba y le daba ganas de patearlo, pero que en aquel momento no le provocaba eso sino que lo confundía y aceleraba la respiración, haciendo que mirase en dirección hacia sus labios.

La expresión de Bill se congeló y de pronto se sintió acorralado aunque en realidad no lo estuviera. Se sintió tan fuera de control… cuando normalmente siempre era calculador. Oh, lo olvidaba, su “normalmente” no incluía a Tom.

Porque no era con Tom como era con el resto. Y de pronto parecía que todo a su alrededor había desaparecido, como si estuvieran suspendidos en un lapso.

A lo lejos Andreas aplaudía para ser encontrado, ignorante de todo aquello.

Tom giró el rostro por costumbre y Bill acortó la distancia para besarlo. El de rastas se separó y quiso hablar.

—Shhh —lo calló Bill para luego besarlo, y Tom se fue soltando, para después de tener la mano en un puño agarrar con ansía el talle de Bill, sintiendo que la tela era estorbosa.

Con su otra mano acercó a Bill por la nuca, haciendo que sus lenguas se mezclasen y danzasen en un ritual silencioso que no necesitaba explicación. Era casi instintivo, algo que guiaba sus acciones, algo que habían sentido desde antes, mucho antes y ahora florecía inevitablemente. Se detuvieron cuando les faltaba el aire y se miraron, como si fuese la primera vez que lo hicieran y supieron que ese no sería el último beso sin necesidad de decirse nada.

Tom aprendió a valorar desde ese día el juego del escondite.

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